Revista Cultura y Ocio
En el mundo de la tele hay una buena cantidad de series interesantísimas. Son grandes, impactantes y tienen un buen equipo actoral. Detrás de ellos hay grandes guionistas que elaboran historias que nos atrapan, nos hacen vivir pegados a la pantalla para ver como saldrán los protagonistas de los giros argumentales en los que los meten.
Warehouse 13 no es una de esas series. Ni hablar.
Es un producto del canal SyFy, que no se caracteriza precisamente por las historias épicas y grandilocuentes, sino que derivan más bien hacia el entretenimiento puro y duro, sin concesiones a nada más que a pasar un buen rato viendo una historia de ciencia ficción.
Warehouse 13 no brilla por su impecable elaboración, ni por una producción cuidada y con grandes tramas de por medio. Es, como he dicho, una serie de entretenimiento puro y duro, sin más.
Y ahí está su gracia, precisamente. Es algo tan sumamente sencillo que se olvida uno de las grandes sagas televisivas que pretenden marcar un antes y un después de su emisión, fracasando en ese empeño la mayoría de veces.
Cada episodio es una historia aparte, tras la pista de un artefacto que vuelve loco a quien lo posee y que el equipo del Almacén ha de conseguir recuperar. Sin más.
Cierto es que cada temporada tiene una historia subterránea, que sirve de hilo conductor para que la acción transcurra sin problemas hasta el fin de la temporada, cuando todo acaba explotando y con el Almacén en peligro.
Es lo que ha pasado en las anteriores temporadas y lo que ocurrió en la tercera. Todo explotó y en el arranque de la nueva, se las ha de ingeniar para solucionarlo y evitar que eso ocurra realmente.
No pasa nada porque el argumento no se sostenga, porque el artefacto en cuestión aparezca casi sin tener ningún tipo de sentido y que todo se resuelva de manera apresurada. Es entretenimiento puro y funciona como tal, sin necesidad de aportar nada más.
Puede parecer que esté dando a la serie una serie de críticas que hagan que la desaconseje. No es así. Me encanta Warehouse 13, y creo que es una de las más divertidas que hay en antena estos últimos años. Me encanta, y creo que debería ser de visionado obligado para cualquier amante del género fantástico.
Ideal para dejarse llevar y retomar esa diversión que nunca debería de haber dejado de ser una serie de televisión.
Un saludín