Revista Cine
Director: Edward Dmytryk
"Warlock", de Edward Dmytryk, con el maravilloso Henry Fonda, el gran Richard Widmark, mi adorada Dorothy Malone y con el bueno de Anthony Quinn, y ojo que el director de fotografía, Joseph MacDonald, es el mismo de "Invitation to a Gunfighter", la de ayer, y "Broken Lance", también de Dmytryk y comentada la semana pasada.Warlock, un pueblo que no le alcanza para pueblo, no legalmente según uno de sus habitantes. Es decir, tampoco le alcanza para tener, por ley, un sheriff, pero el sheriff de un pueblo vecino (a kilómetros y kilómetros de distancia) designa que uno de sus ayudantes sea la máxima autoridad del lugar, aunque la máxima autoridad es un tal McQuown y su grupo de bandidos, que han ahuyentado al último miserable ayudante de sheriff. Ya lo hemos visto: la gente está aburrida, harta, cansada de tener que soportar a esos animales, a esas bestias, así que contratan a Henry Fonda, famoso pistolero sobre el que se han escrito incluso libros, para que tome control de la situación. Con él llega Anthony Quinn, dueño de un saloon recién adquirido a su antiguo propietario. Dorothy Malone no tarda en llegar, con las llamas del rencor en su corazón. Richard Widmark es un miembro descontento de la pandilla, su posición es la más ambigua y su persona, a la larga, será la más decisiva en todo este entuerto.Edward Dmytryk, como ya lo demostró en "Broken Lance", se decanta por una narración y un relato más tradicional o clásico, contada la película a fuego lento, en donde el conflicto de fondo es cómo solucionar los problemas, si a través de la ley, por muy empinado que parezca el camino, o a través de figuras como la de Henry Fonda, que no es un bandido propiamente tal, pero sí un pistolero que, a fin de cuentas, se gana la vida disparando gente, aunque él sea decente y la gente que dispara sea gente no decente que a veces dispara a otra gente ni siquiera por dinero (si es que el dinero es una buena razón para disparar gente), lo cual no es exactamente legal ya que sólo alguien con una estrella en el pecho puede llevar a cabo dicha tarea. Desde luego, los personajes tienen sus propios conflictos, los unos con los otros, siendo el de Widmark el personaje con más evolución y redención (y vaya que le dan duro al pobre), aunque veremos que a Fonda no le gana nadie, su oficio es de acero y en el tramo final demuestra toda su infinita grandeza, siempre es un placer verlo actuar.Sólido y estupendo western, con buenos actores, buen conflicto y dirigido con la clase de alguien que sabe, maldita sea, de cine. Algunas escenas son tremendas. Sí señor, así da gusto ver películas.