Revista Cine
Director: Rainer Werner Fassbinder
En "Los cazadores de mitos" demostraron que manejar cambiando de carril a cada rato, si bien más rápido que quedarse en uno solo, no es muy efectivo que digamos: la diferencia es de un par de minutos. Y yo, como un conductor que cambia de carril en todo momento, no me vi tan sorprendido toda vez que los lentitos que dejo atrás siempre me alcanzan en algún punto; el asunto es que no soporto conducir como una maldita tortuga, cuánto tiempo me demoro francamente no me interesa. Ahora, hablando sobre cine, comenzamos este mes de marzo con Fassbinder y terminamos el mismo con él, como corresponde. Hemos comentado once obras suyas, un número no muy alentador pero que iremos corrigiendo en el inminente mes de abril, para finiquitar con lo que tenemos de su filmografía (37 de 43 cortos, largometrajes y televisión) en el mes de mayo. Queda un largo camino, pero tengan por seguro que será satisfactorio.
Una producción se encuentra en un hotel de España esperando a que comience el rodaje, el cual no estará exento de problemas relativos tanto a los distintos procesos de producción como a las dinámicas interpersonales del grupo. Al final, parece que los hechos que rodean a este rodaje son más interesantes que el film mismo que se encuentran rodando. ¿No les suena familiar?
Si "Whity" no era una gran película, al menos su rodaje dio frutos en esta compleja y exquisita genialidad inspirada directamente en la conflictiva experiencia en Almería, por si no ha quedado claro aún, jojo. Desde luego, esta premisa meta-cinematográfica basada en la propia experiencia, que excede a lo vivido en la ciudad española (el director tiene mucho de donde sacar), le sirve a Fassbinder no sólo para desplegar sus intereses sociales y culturales en una excelente trama, sino que, sobre todo, para reflexionar muy personal y subjetivamente sobre sí mismo, su familia cinematográfica y el arte de hacer cine, su cine, y el lenguaje cinematográfico. Parece simple (¿a alguien le parecerá simple, en serio?) pero no lo es, y no duden que en la película hay mucho más que el escueto par de líneas anteriores, pues lo de Fassbinder es una extensa y eterna ramificación, muy bien organizada mediante una capacidad de síntesis notable (especialmente considerando el inmenso bagaje del que parte). Así, "Warnung vor..." no sólo tiene deliciosas y entretenidas escenas sacadas directamente desde la realidad, esas anécdotas que tanto nos gusta saber de los rodajes (los chismes, las peleas, los celos, etc.), sino que es en sí mismo una especie de vehículo que le sirve a Fassbinder para exorcizar sus propios demonios y, de paso, criticar brutalmente a su familiar grupo con el que tanto trabajó y siguió trabajando. Fassbinder ahonda en el carácter autodestructivo de su arte y de las relaciones del equipo, una característica esencial de su obra en tanto contenido/discurso y ejecución formal. "Warnung vor..." no tiene por qué ser una representación exacta de la realidad, va mucho más allá de ello, los límites entre ficción y no ficción son inciertos e innecesarios; es una personal lectura e interpretación; un extenso y crítico diálogo con todos los elementos de su cine, que es tanto lo que se encuentra dentro de la imagen como fuera de ella: acá el encuadre tiene una función fundamental, pues es tan cinematográfico como filosófico.
Memorable es la escena en que un personaje llamado Irma, claramente basado en Irm Hermann, sufrida actriz que soportó durante años la caprichosa crueldad de Fassbinder, le espeta a Jeff, el director de esta película ficticia (alter ego de R. W., chaqueta de cuero incluida, interpretado por otro eso sí), todo lo que ha hecho por él y la poca gratitud que recibe, el poco afecto con que se le paga, a lo cual el director la golpea y la expulsa del rodaje. Hermann tenía un papel en "Whity", pero un ataque de celos o algo así y la posterior escenita desató la furia de Fassbinder, quien la mandó de vuelta a Munich. A propósito, algo me dice que Irm Hermann es esa prostituta tan querida a la que se alude en el título del film, aunque otros arguyen que la prostituta es el mismo Fassbinder, que se muestra como un director usado y abusado por un ingrato equipo que, aún así, lo tiene por pilar fundamental sin el cual no pueden hacer nada (y por lo cual lo quieren a pesar de odiarlo tanto), y hasta se ha dicho que la prostituta es el cine mismo. Cada posibilidad ofrece su fascinante interpretación: si es la primera, es como si Fassbinder pidiera perdón; si es la segunda, el director básicamente construye un alegato con el que se libera y busca comprensión, apoyo; si es la tercera, no sé muy bien como explicarla.
Resultan interesantes las otras decisiones metacinematográficas, como la íntima relación entre los personajes de Hanna Schygulla y Eddie Constantine (un agrado verlo por acá), otro reflejo de la aventura en Almería. En fin, tampoco es la idea convertirme en trivia, aunque como digo, qué gusto da conocer estos detalles, pues hacen que estos grandes nombres sean humanos que sufren, aman y odian.
Y es que de eso se trata, en el fondo, "Warnung vor...", de relaciones humanas autodestructivas pero dependientes entre sí. El mismo Fassbinder dijo que hizo esta película para demostrar por qué los grupos de personas, finalmente, no pueden funcionar. Lo del cine es un valioso y estimulante valor agregado, y es que ¿como sería posible abstraerse del arte? Fassbinder es un apasionado del cine, eso sería imposible. En cuanto a lo formal, me ha encantado que la película comenzara con una atmósfera algo lánguida (proveniente del equipo, sentado en el bar o por ahí, sin hacer mucho ni demostrar gran entusiasmo), de ritmo pausado y cámara algo más quieta y contenida (aunque hayan movimientos vertiginosos... pero "tranquilos"), para luego, de un momento a otro, dar paso a un montaje caótico, una cámara aún más desaforada y desmedida, y una aparente carencia de hilo argumental: si al principio la película seguía a los personajes intentando resolver problemas determinados o tener conflictos personales, por lo general parcos, por el final todo parece una secuencia o collage de equivocaciones, peleas y anécdotas en donde el director cada vez queda más solo, una verdadera explosión en cada escena, cada imagen.
La película dentro de "Warnung vor...", titulada Patria y Muerte y de la que solo se sabe que trata sobre la brutalidad del Estado, finalmente no es lo importante. ¿El resto? Vaya que sí. El resto es cine, en el sentido más amplio y complejo de la palabra. Acá tenemos a un Fassbinder esencial y fundamental. Cuándo no.