El subdirector de la sección editorial del Washington Post, Jackson Diehl, ha publicado una columna en la que analiza el fracaso de la política de la administración de Obama con regímenes totalitarios como los de Irán o Myanmar. Sin embargo, dice Diehl, “el premio al mejor jiujitsu sobre Obama se lo lleva Raúl Castro, el gobernante de 84 años de la débil y empobrecida Cuba, quien ha logrado transformar la reanudación de las relaciones EEUU-Cuba en una transacción casi unilateral”.
“Desde el anuncio del fin del congelamiento de 50 años entre ambos paises hace 11 meses, Obama ha flexibilizado en dos ocasiones las restricciones que había para los viajes y las inversiones en Cuba. Gracias a esto, las llegadas de turistas a la isla se han incrementado un 18 por ciento este año, y miles de millones de divisas frescas fluyen a la tesorería casi vacía del régimen. La Casa Blanca ha enviado a una multitud de altos funcionarios a La Habana, incluyendo a la Secretaria de Comercio, Penny Pritzker. El Subsecretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, cortejó al general que lidera el aparato represivo de Castro para la seguridad interna.
Como respuesta, Castro no ha hecho prácticamente nada, aparte de reabrir la embajada cubana en Washington y permitir un acuerdo de roaming celular. Su respuesta a las reiteradas peticiones de funcionarios estadounidenses sobre gestos en derechos humanos ha sido incrementar la represión a la oposición. De acuerdo a la independiente Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, hubo al menos 1,093 detenciones políticas en octubre. La mas alta en 16 meses.
Castro, mientras tanto, ha rechazado ofertas de empresas de EEUU y cortado de manera dramática las importaciones de los EEUU. Pritzker no firmó ni un solo acuerdo durante su visita de alto nivel el mes pasado. En su lugar, los funcionarios cubanos están usando las perspectivas de aumento en el comercio e inversión con los EEUU como “carnada” para realizar acuerdos con otros países, según muestra un informe del Consejo Económico y Comercial EE.UU.-Cuba. Mientras las importaciones de alimentos estadounidenses disminuyen un 44%, las importaciones de China se incrementan en un 76%.
Sorprendentemente, la Administración parece feliz de aceptar esta situación. El último enviado de alto nivel, el asesor del Departamento de Estado, David Thorne, dijo la semana pasada a Reuters desde La Habana ‘El ritmo lo van a marcar los cubanos y nosotros estamos satisfechos de como ellos quieren hacer esto‘
¿Y que hay de los derechos humanos?
‘Como en otros lugares del mundo‘ respondió pomposamente Thorne ‘tratamos de decir: averiguemos como podemos trabajar juntos y no decir siempre que los derechos humanos son lo primero que hay que arreglar, antes que ninguna otra cosa.’
Por tanto, el mensaje es: está bien capturar dólares americanos excluyendo a las empresas americanas y reprimiendo a cualquiera que favorezca la liberalización. No es de extrañar que los dictadores estén ganando. “
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