[Este artículo es una traducción del de Aline Smithson en Lenscratch, que podéis leer en inglés aquí. Hay en ese artículo, además, algunas fotografías más de la serie "Waterlogged" de Stacy Platt, así que os recomiendo que visitéis el original. Además, la visita es un gesto de cortesía con la autora del reportaje. Gracias.]
A veces, acontecimientos desafortunados de nuestras vidas nos brindan la oportunidad de ver las cosas de una nueva manera, permitiendo diferentes encarnaciones y consideraciones. Cuando la fotógrafa Stacy Platt descubrió que toda una vida de diarios personales había sido destrozada por el agua, se le presentó la oportunidad de considerar la transitoriedad de los objetos, la idea de la memoria, y crear una examinación artística de lo que permanece.
Stacy usa la fotografía para hablar de la vulnerabilidad, la memoria, la pérdida y la práctica de la vida de cada día. Influenciada por la escritura de Marguerite Duras, las películas de Wong Kar-Wai y el arte polivalente de William Kentridge, el trabajo de Stacy se caracteriza por un interés en explorar las múltiples - y a veces poco fiables - versiones del yo y de la historia personal que todos contenemos, así como la sinfonía de identidades colectivas incoherentes y a veces contradictorias que sirven tanto para constreñirnos como para conectarnos los unos a los otros.
Licenciada en Humanidades por la University of Tennessee en Chatanooga, y con un Máster en Fotografía por el Columbia College of Art en Chicago. Su trabajo ha sido expuesto en el Houston Center for Photography, el Midwest Center for Photography, la exposición "Memory, Bone and Myth" de la University of North Dakota, así como numerosos proyectos y exposiciones online. Fue la finalista de Critical Mass en 2015, y en la actualidad es profesora de fotografía en la University of Colorado en Colorado Springs, así como la editora de la revista de la Society for Photographic Education's Exposure. Mantiene un portfolio online con su trabajo, y desde 2004 escribe ensayos sobre fotografía que publica en the space in between.
¿Cómo te explicas a ti a ti mismo?
¿Cuál es tu proceso para recordar, para mediar con la experiencia, para archivar tu propio yo?
Soy una persona que cree en la sincronicidad y las señales. Cuando una sigue a la otra, o cuando una se repite lo suficiente en un corto periodo de tiempo, me veo obligada a prestar atención. La serie "Waterlogged" [anegado, inundado, empapado] empezó de esta manera.
En el momento de su realización me encontraba en una de esas épocas serias y agotadoras de la vida: haber perdido un trabajo, la muerte de un familiar, un hijo que nació dos meses antes de esa muerte. Así me encontraba: con todo llegando de todas partes al mismo tiempo. Cualquiera de esos acontecimientos es una oportunidad para reflexionar y transformarse. Todos a la vez tienen la capacidad de quitarte cualquier punto de referencia y dejarte tambaleándote. Es una de esas situaciones en las que, parafraseando a Rilke, "Uno debe cambiar su vida o morir."
Tras una noche de lluvias torrenciales, abrí el armario donde guardaba todos mis diarios personales. Estaban todos - veinte años de diarios - empapados en agua de lluvia. Apilados ordenadamente unos encima de otros, inflados y pegajosos con restos de cola y tinta corrida. Destrozados. O en proceso de estarlo. Simultáneamente maravillada y mortificada al presenciar mi pasado desangrarse en olvido, empecé a fotografiarlos.
Primeros amores. Amores fallidos. Malas elecciones. Viajes transformadores. Cosas que me inspiraron. Mi futuro no escrito, desconocido, escrito y reflexionado por mi yo pasado. En parte todavía legible. Mucho con la apariencia de otra lengua, o pentimenti, o un código secreto.
Sincronicidad y señales. Parecía especialmente desfavorable que de todas mis pertenencias, únicamente estos objetos personales hubiesen sido los afectados. Lo que más me impresionó es la revelación que es la letra manuscrita, que se ha convertido casi en un anacronismo, el recuerdo de una manera ineficiente y sentimental de hacer las cosas y de comunicarlas. ¿Quién escribe a mano hoy en día? Cuando eras capaz de reconocer a alguien por la voz, en persona y por su letra, ¿qué lo ha sustituido? ¿Su dirección de correo electrónico? ¿Cómo maneja las redes sociales? ¿Su identificador de llamada?
Cuando mi madre murió el año pasado, inmediatamente me puse a buscar cosas que ella me hubiera escrito. Algo en su escritura era evocador de un modo que pocas cosas más lo eran. A lo largo de su prolongada enfermedad, fui testigo del deterioro de su escritura a medida que empeoraba su salud de manera devastadora, recordándome incluso cuando todavía estaba viva que todo cambia y tendrá un final. La propia vida y el concepto de uno mismo, como entendemos el tiempo, y la gente, lo que valoramos y lo que denigramos, lo que podíamos y no podíamos decir, lo que sabíamos y lo que no nos importaba ignorar, todo termina con nuestro final. Lo que queda son las interpretaciones de los demás. Sus conjeturas sobre la vida vivida por otro. Hay momentos en la vida en los que te enfrentas a la realidad de la insignificancia de tu propia especificidad. Estas imágenes son la evidencia visual de mi rendición ante esa realidad.