Hace más de 20 años, cuando muchos de los abnegados médicos y enfermeras de los servicios de urgencias ni siquiera pensaban que algún día serían profesionales, ya era evidente que los fines de semana los servicios de Urgencias de los hospitales se sobrecargan de trabajo. Sobre todo en invierno. Hace más de 20 años, bastantes más, que Michael Crichton escribió un guión para lo luego fue la serie “E.R.” y que Steven Spielberg comenzase a planear la aclamada serie televisiva. En varios episodios se comenta la actividad aumentada los fines de semana.
Pues los fines de semana se acumulan los pacientes por una variedad de razones pero, principalmente, por razones del ámbito social. Porque no nos vamos a creer que los viernes, los sábados o los domingos ponen a la gente más enferma.
La justificación habitual, en este pais que tiene servicios sanitarios públicos y cobertura universal, es que los fines de semana los servicios asistenciales, los centros de salud, no están abiertos o los pacientes no esperan encontrar a sus médicos de cabecera. Ultimamente, con la reorganización de muchos centros de salud de manera que la actividad se programa y los pacientes deben solicitar una cita previa, mucha gente no se adapata ni desea esperar la cita y acuden a los servicios de Urgencias de los hospitales donde, por razones de las disposiciones legales, les van a atender.
Pero en lo que respecta a la atención pediátrica, la atención a los niños enfermos, nuestra experiencia indica que las razones estan en la organización social de las jornadas semanales. Mientras que la atención gratuita no contiene elementos disuasorios en el uso de las Urgencias, la decisión de acudir al hospital se toma directamente en el domicilio y por parte de la familia autonomamente.
Sin pretender pontificar ni imponer una opinión, el contexto que observamos es que:
1. Los fines de semana comprenden un largo período de tiempo de toda la semana: 60 horas desde la tarde del viernes hasta la mañana del lunes, más de un tercio del tiempo semanal
2. Durante el fin de semana la familia permanece junta en el domicilio, con exposicion continua al estrés de tener un niño enfermo. Los días laborables uno o los dos miembros de la pareja, los padres, pueden estar ausentes en sus ocupaciones laborales.
3. Durante el fin de semana la familia tiene una disposición total para desplazarse, al hospital o donde sea, al no existir obligaciones laborales.
4. El habitual destino del tiempo del fin de semana que es el ocio y el descanso se ve distorsionado por al enfermedad de un niño.
5. El retorno a la actividad laboral el lunes por la mañana se puede ver alterado si el proceso de la enfermedad del niño no mejora y esa falta de mejoría puede adscribirse a la falta de atención médica.
Todo ello motivo más que suficiente para que la decisión de acudir a urgencias se materialice. Que la familia decida acudir al centro de salud o al hospital esta sometida a razones de conveniencia y el grado de confianza que la estructura hospitalaria ofrece. Esta confianza es también social porque muchos padres son conscientes de que en el hospital seran muy probablemente atendidos por médicos en formación (residentes) mientras que en el centro de salud probablemente las urgencias las atienda un facultativo en ejercicio y titulado.
Así va a seguir. La demanda de Urgencias en los fines de semana no dependen ni de la enfermedad de los niños ni de la organización del sistema sanitario y sus profesionales, sino de lo que sucede en la casa de la familia y la organización del tiempo de ocio y descanso versus las jornadas laborales.
X. Allué (Editor)
(Acabo de hablar–domingo por la tarde–con mi hospital y me dicen que están bastante tranquilos. Pero que las urgencias de adultos están colapsadas. No extraña: durante los fines de semana los servicios de adultos dan muy pocas altas y el hospital se llena. Y las Urgencias se colapsa… pero eso es harina de un costal distinto)