No sé si en algún momento de estos últimos dos años os he contado los diversos intentos de enseñar a cangrejito a ir en bici.
Han sido varias las veces que lo he intentado, pero fue imposible, en cuanto tomaba algo de velocidad empezaba a frenar e intentar bajar de la bicicleta. Reconozco que me ha causado momentos de frustración y enfado.
He enseñado a ir en bici a otros niños y no he tenido estos problemas. Quizás el que sea mi hijo ha influido, no lo sé, pero ha sido tarea imposible hasta ahora.
Este verano lo intentamos también, pero con el mismo resultado. Le apretábamos un poco porque este año tienen que llevar varios días la bicicleta al cole y en educación física la usan por el patio. Parecía que el momento no iba a llegar, pero el jueves nos dijo que el lunes siguiente, es decir, ayer, tenía que llevar la bicicleta.
Se le notaba agobiado, porque es de los que les gusta saber hacer las cosas antes de que se las enseñen. Así que este fin de semana, a pesar del viento que ha soplado hemos vuelto a intentarlo. Esta vez, entre que yo me lo he tomado con más calma y que el le veía las orejas al lobo, lo hemos conseguido.
El sábado empecé a soltarlo, en media hora, ya iba solo conmigo al lado corriendo, y el domingo ya empezó a hacerlo todo solo, le costo varios intentos, pero al final, le pilló el tranquillo. Estaba muy emocionado, le encantaba ir en bici, "sorpresa" justo lo que yo le decía para que no tuviera miedo.
El no paraba de repetirse " si he subido en caballo podré ir en bici, no puede ser más dificil", y así ha sido. Ya sabe ir en bici y quiere salir a dar vueltas.
El hermano claro, al verlo, también ha querido empezar, y a pesar de que aún le va un poco grande esa bicicleta, le encanta ir con ella. Creo que se nos han abierto nuevas posibilidades de diversión, porque hasta ahora no había manera.