Allí, y sólo allí cangrejín decidió que era el momento de aprender a bucear. Que no os creáis, los cangrejos no nacemos sabiendo, sobre todo los de secano como nosotros.
Aún así, es un recuerdo precioso que seguro recordaremos durante mucho tiempo. Sobre todo, ahora que viene otra época sedentaria en cuanto a viajes estelares se refiere.
Os hemos añorado, pero ya estamos de vuelta.