«El escritor iowano Nathan Hill ha estado en Madrid presentando su última obra, WELLNESS, publicada por AdN Editorial Grupo Anaya.»
Una relación hay que trabajársela mucho, tiene que haber mucha comunicación y mucha honestidad. El amor puede ser para siempre si se tienen esas cosas, que espero que sí… En una entrevista divertida y distendida, charlamos con Nathan Hill sobre su última novela; contó anécdotas de su vida, de la relación con su pareja y sus amigos, pero, sobre todo, hablamos de amor. Porque WELLNESS trata de las cosas que mantienen unida a la pareja a través de una historia conmovedora sobre el matrimonio formado por Jack y Elizabeth. No confía demasiado en el amor a primera vista porque esa atracción es poco duradera; sin que puede existir una atracción y un interés inmediato, pero que el amor es algo que viene con el tiempo.
La novela consta de 694 páginas, incluida la bibliografía. Algo que a primera vista asusta, y que el autor temía que desanimara a sus millones de lectores, además de la temática, pero ha ocurrido todo lo contrario y la respuesta de éstos ha sido, en general, estupenda, maravillosa, afirma.
Especialmente he apreciado mucho las respuestas de lectores que son padres, porque se han visto muy reflejados en esa lucha de Elizabeth por ser una buena madre. En Estados Unidos especialmente la maternidad es un campo minado porque se colocan muchísimas expectativas culturales sobre las madres y creo que, para muchos lectores, sobre todo mujeres, que un hombre escriba sobre estos temas, es algo que ha suscitado mucho agradecimiento y para mí ha sido muy gratificante.
La longitud de la obra tiene que ver con el respeto que le provoca la escritura: me tomo mucho tiempo con mis libros. Mi primera novela tardé diez años en escribirla, esta me ha llevado seis o siete y me preocupo mucho porque la energía y la prosa sean las adecuadas; también me embarco en un proceso muy largo de revisión y al final, mi miedo más atroz es aburrir al lector; pienso que es alguien que podría estar haciendo cualquier otra cosa, leyendo cualquier otro libro, viendo un programa de televisión, escuchando un podcast, comiéndose un bocadillo de queso y sin embargo elige leer mi libro.
Desde el principio, sabía que quería escribir sobre un matrimonio, cuando dos personas se juntan como pareja y se empiezan a conocer; intentaba que los lectores los conocieran de la misma forma que suele ocurrir en la vida. Pasa el tiempo y comparten cosas de su pasado, de la familia, descubriendo quién era esa persona antes de conocerla. Lo que quería era sintetizar esa experiencia de conocer a alguien a través de esta pareja. Tenía claro lo que quería hacer, el problema era cómo hacerlo. Yo me quejé amargamente a mi mujer diciendo: esto es muy complicado, tendría que escribir una historia cronológica y punto, y al final fue todo un proceso de ensayo y error. En mi despacho tenía una pared entera cubierta de tarjetitas y cada una era una escena del libro. Ahí tenía la estructura… Si decidía, esto va mejor aquí, me dedicaba a mover las tarjetas de sitio, luego escribía y, si pasaba algo durante la escritura, cambiaba otra vez el plan; volvía a la pared, mover, añadir tarjetas y así poco a poco se fue construyendo la historia.
Ha realizado una amplia labor de investigación, adentrándose en los intrincados mundos de la conducta humana, y su novela está repleta de estudios psicológicos que avalan sus aseveraciones.
La verdad es que no tengo ninguna formación como psicólogo, pero sí me dediqué a investigar mucho para la novela, porque quería que la protagonista, Elizabeth, fuera psicóloga y por lo tanto quise implicarme con muchos de los textos y de la investigación que ella maneja; al final, lo que averigüé me pareció tan fascinante que acabé metiéndolo en el libro, porque me gustaba y me parecía muy interesante. Elizabeth es un personaje que está muy distanciado de sus sentimientos. Cuando le preguntan cómo se siente, ella contesta lo que piensa, no ha construido una personalidad muy sofisticada para intelectualizar sus emociones. Toda esta investigación la acabé plasmando en la novela porque, además de interesante, creía que decía mucho sobre el personaje.
Las relaciones, en general, y mucho más las de pareja, evolucionan a veces como no estaba previsto, y con el tiempo dejamos de reconocernos en el otro a pesar de que creíamos que era nuestra alma gemela. Para esto, Nathan Hill, al que le encanta hablar de amor, también tiene respuesta:
A menudo nos pasa que conocemos a alguien y los vemos tal y como queremos verlo, imaginamos una vida idealizada a su lado, pero luego las cosas no salen según lo planeado y pasa el tiempo y llega una desilusión inevitable cuando nos damos cuenta de que nuestra pareja, esa persona, es un individuo y que quiere cosas que no necesariamente son las que queremos nosotros; entonces, creo que una relación madura necesariamente pasa por aceptar y abrazar esas diferencias. En el libro hablo de esa energía, ese subidón de una relación nueva que puede durar entre seis meses y dos años, pero creo que es muy importante para que una relación prospere, aceptar que la otra persona tiene sus propias intenciones y sus propios deseos y planes.
Nathan Hill con Maudy Ventosa
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Las vivencias familiares y las relaciones con sus amigos son fuente de inspiración para este escritor al que le gusta observar; retrata situaciones de parejas cercanas que se han divorciado sin ser matrimonios llenos de drama y conflicto; piensa que habían llegado a un punto en el que les daba miedo sincerarse por miedo a hacer zozobrar la relación. Le sorprendía ver amigos muy cercanos que escondían parte de sí mismos, cosas fundamentales sobre quiénes eran, para no entablar discusiones, generando una distancia que era lo que propiciaba el fin de la relación. Mantiene la honestidad por encima de todo, ahora que se está convirtiendo en todo un “consultor matrimonial”.
La novela refleja no solo los cambios que se producen en el vecindario, en el país, sino también la evolución que sufre la pareja. La gente cambia dentro de una relación también, y creo que es muy importante revisar el relato de una pareja porque si no, podemos encontrarnos con que estamos manteniendo una relación con una versión antigua de esa persona que ya está a otra cosa. No podemos seguir todos los caminos que aparecen en nuestra vida; constantemente estamos eligiendo y tomando decisiones; lo que para algunos puede ser una fuente de insatisfacción, otros son capaces de verlo con gratitud estando orgullosos de hasta dónde han llegado y lo que han conseguido. Algo que tiene que ver con una de las teorías conductistas que refleja, que afirma que somos más felices en la juventud y en la vejez, que en la etapa adulta. No sólo es porque en esa etapa asumimos más riesgos, sino que también tiene que ver con la responsabilidad y las expectativas.
Una novela con una prosa excelente en la que nos podemos ver reflejados. Una historia emocionante y divertida sobre la vida feliz que todos buscamos. Wellness.
Lee y disfruta de u fragmento de la novela.
El autor:
Nathan Hill (27 de diciembre de 1975, Cedar Rapids, Iowa, Estados Unidos). Debido al trabajo de su padre, su familia se mudó constantemente: alrededor de Illinois, Missouri, Oklahoma y Kansas.
Fue reportero del Daily Iowan; es autor de la exitosa novela El Nix, que fue elegida en 2016 Libro del Año por Entertainment Weekly y fue considerada una de las mejores por The New YorkTimes, The Washington Post, NPR y Slate, entre otros medios. Obtuvo el Premio Art Seidenbaum a la Primera Novela -galardón que otorga Los Angeles Times-, y fue traducida a más de una veintena de idiomas.
Hill vive con su esposa en Naples, Florida.
El libro:
Wellness (título original: Wellness, 2023) ha sido publicado por AdN Editorial Grupo Anaya. Traducido del inglés por Francisco González López. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 696 página.
Como complemento pongo un vídeo en el que Nathan Hill nos habla de su novela Wellness.
Para saber más:
https://nathanhill.net/