Primero aclararé que LeDomaine es el hotel de las bodegas Abadía Retuerta ambos situados en Sardón del Duero, Valladolid. Como ya he comentado en alguna otra ocasión, este hotel se construyó rehabilitando una antigua Abadía del siglo XII. Con esto os podréis hacer una idea del entorno.
Bien pues, el año pasado se inauguró este Santuario LeDomaine Wellness & Spa y yo os conté por aquí cómo fue su presentación en el club The Craft en Madrid. Si queréis recordarlo sólo tenéis que pinchar en la foto
Pero hace una semana y por culpa de maridin que es miembro del club, tuve el fabuloso privilegio de probar este Santuario in situ. Y quiero compartir con vosotr@s esta experiencia.
El servicio que pude probar fue la Selección del Sommelier que es un ritual para llegar a configurar un masaje corporal lo más personalizado posible. Y tal y como afirmo en el título, este spa es un Santuario para tus cinco sentidos, ¿por qué? Pues os lo explico
Sentido de la Vista: El Santuario está construido debajo del hotel pero cuando estás dentro no hay nada que nos indique que estamos en un sótano pues la luz entra de manera indirecta y controlada.
Al entrar al spa sólo ves colores neutros que no dañan la vista. Todo está diseñado en líneas puras. En la entrada hay una cascada cuyo sonido empieza a hacer su función en tu estado de ánimo. Y el sentido del oído comienza su andadura
Al entrar te reciben y conducen a los vestuarios para cambiarte. Dentro de la taquilla encontré un albornoz, pantuflas y ropa interior desechable puesto que nos iban a hacer un masaje a la carta. Tengo que decir que el vestuario es precioso, realizado en madera y tonos piedra con luz indirecta y en su tocador te ves magnífica.El albornoz, ¡ay! el albornoz, te arropa. Está fabricado con un rizo de toalla que parece combinado con seda pues es suuuuuper suave y muy agradable. Y las pantuflas son del mismo tejido. Tanto el albornoz como las pantuflas, son los complementos de spa más alucinantes que he probado jamás. Y aquí ya tengo el sentido del tacto que comienza su andadura
Los sentidos del Olfato y Gusto: Con estos sentidos comenzamos el servicio. La Selección del Sommelier consiste en realizar una cata de tres de los vinos de la bodega Abadía Retuerta.
Comenzamos por probar LeDomaine Blanco. El sommelier te guía para encontrar los diferentes matices en olfato y gusto del vino. En esta ocasión es un vino fresco y afrutado y con la ayuda del sommelier encontré su gusto y aroma a melocotón de los que no me había fijado con anterioridad.
Después de que has experimentado el vino te ofrecen a oler el aceite que marida con ese vino. Para el vino blanco era un aceite muy cítrico que daba sensación de frescor. Muy rico. Además el sommelier te explica para qué se suele utilizar ese aceite y éste en concreto es para drenajes, masajes vigorosos, etc…
Probamos el vino Selección Especial: Un vino creado a partir de tres tipos de uva: Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon así que el aceite que lo marina también tenía tres tipos de aceites esenciales. Creo recordar que estaba compuesto por: aceite esencial de Yuzu que es un poderoso relajante, aceite de macadamia un gran hidratante y otro más que no recuerdo.
Y por último probamos Valdebellón un vino de pago realizado con una única variedad de uva, Cabernet Sauvignon, así que el aceite sólo contenía un aceite esencial, creo que era aceite de Almendra.
Este ritual sirve para elegir el aceite que más te gusta pues luego con ese aceite realizan el masaje. Yo estaba en duda entre el que marinaba con el vino blanco y con el Selección Especial. Al final me quedé con éste último y maridin prefirió el aceite que marinaba con el vino blanco.
Una vez acabada la cata seguimos a nuestro profesional hacia las cabinas. Estuvimos en cabinas separadas pero si queréis hacer un servicio en pareja tienen una suite que es como entrar en el “valhalla”.
Le hicimos una visita, es una sala con dos camillas, una chaise longue alucinante y una bañera de hidromasaje de revista de decoración. Además tiene todos los servicios que se ofrecen en el spa común: sauna, duchas de contraste, baño turco y no sé si me dejo algo. Además de que en las camillas se pueden realizar todos los servicios que se realizan en el Santuario.Esta Suite se alquila por horas o servicios, si quieres dormir la siesta mejor te vas a tu habitación
En las fotos no se aprecia lo alucinante que es esta suite.Pero sigamos. La cabina de tratamientos es muy grande (he estado en bastantes spas y centros de belleza como para afirmar esto) y tiene ducha. El servicio comienza con una pequeña charlita con Cristina (creo que se llamaba) para saber cómo quiero mi masaje. Mientras tanto me va exfoliando los pies de una forma suuuuper relajanteeee.
Al terminar me invita a tumbarme en la camilla. Una camilla alucinante que además de calentarse muy levemente para no pasar frío es articulable por zonas, por ejemplo, donde apoyaba los brazos podía subirlo o bajarlo para estar más cómoda, genial.
Después te invita a elegir una piedra de entre cinco o seis, no recuerdo bien. Recuerdo que había esmeralda, ámbar, lapislázuli, cuarzo y alguna más que no reconocí.
Yo cogí el lapislázuli que según Cristina es la piedra de la comunicación (¡ejem! Por algo escribiré en un blog jejejeje) además me dijo que esa piedra la tuviese en la mano derecha y para equilibrar que tomase en la izquierda el ámbar
Aquí tenemos el sentido del tacto, de nuevo.Después se escucha un pequeño sonido de gong (volvemos con el sentido del oído) y el masaje comienza. Creo que es uno de los mejores masajes que me han dado nunca. Entraba en las zonas con intensidad sin ser molesto. Hizo todo lo que le indiqué en la charla, creo que es la primera vez que me pasa. Normalmente cuando cuentas cómo quieres un masaje el profesional parece que te escucha pero luego hace lo que le da la gana y toca esas zonas como por encima. En esta ocasión no, me sentí escuchada y atendida en todo momento.
Y con este fabuloso masaje el sentido del tacto vuelve a la carga aunque sea de forma indirecta Al finalizar me pasó un diapasón por los pies, creo que era para equilibrar la energía y por último se escucha otro pequeño sonido del gong. Al terminar mi sesión, le devolví las piedras y Cristina no las tocó, las recogió con toallas y las limpió. Curiosa mezcla de técnicas, ¿verdad?Me costó muchiiiiiisimo desperezarme y levantarme de la camilla. ¡Estaba tannnn a gusto!
Después me invitaron a pasar una sala donde tomarme una infusión y tumbarme en una zona de tumbonas muy agradable, de esta forma podía terminar de espabilarme que falta me hacía
Al mirar por uno de los ventanales pude ver que al otro lado en su sala de hombres estaba maridin haciendo lo mismo. Decidimos vernos en la zona del centro que era común y tumbarnos al rededor de esa fabulosa piscina.Nuestro encuentro fue brutal. Menudo abrazaco que nos dimos. Estábamos tan a gusto, con el masaje, esos albornoces, ese ambiente, que nos embriagamos de la atmósfera y fue mágico. Así que sólo puedo dar las gracias a los que nos atendieron en el Santuario por hacernos sentir tan bien.
Después de la infusión y de que me subiese un poco la tensión salimos con mucho dolor del Santuario y nos dirigimos a comer algo a la Vinoteca, uno de los restaurantes de LeDomain. Fue un magnífico broche final.
Bueno ni qué decir tiene que este es sólo uno de sus servicios pues el Santuario dispone de un extenso menú de tratamientos y servicios clásicos (masajes, exfoliación y envoltura corporal, tratamientos faciales y de belleza) e innovadoras experiencias basadas en la Oenoterapia que aportan energía y renovación interior.
A todos estos tratamientos también se les puede añadir un circuito con varias disciplinas entre las cuales podemos encontrar: bañera de hidromasaje, ducha fría exterior, baño turco, sauna, duchas de contraste, duchas de aceites y aromas, piscina común y seguro que me dejo algoFue un día redondo aunque nuestras obligaciones profesionales no nos permitieron pasar la noche, una pena.
Creo que os he demostrado que el Santuario LeDomaine Wellness & Spa es una experiencia para tus cinco sentidos, ¿no creéis?
Una experiencia como esta me parece un magnífico regalo ahora que se acercan las Navidades, sobre todo si os dais el gusto en pareja. Aquí os dejo la idea
Y ahora si queréis poneros los dientes largos y ver más fotos pues me comporté como una auténtica japonesa en Toledo
podéis pasaros por la galería de fotos pinchando en la foto de la portada.