Revista Baloncesto
En los Estados Unidos se valoran las estadísticas por encima de otros muchas cosas, y en la NBA este indicativo crece de manera exponencial. Tanto que en la gerencia de un puñado de equipos se ha ido colocado estratégicamente a personas que cifran el valor de los jugadores en función de los parámetros estadísticos, dejando en segundo plano otro tipo de impactos en el conjunto.
Los jugadores son conscientes de que el "engorde" en tales aspectos supone un plus en su hoja de servicios, algo que añadir a la hora de reclamar mejoras salariales o un nuevo contrato. Al cabo de semanas o meses poco importará que su equipo haya ganado o perdido un partido si los guarismos se han elevado por encima del resto. Un jugador con triple-doble cuenta con carta blanca al partido siguiente para lanzarse las zapatillas o elegir el ataque. Aquí entra Russell Westbrook, un tipo que ha ido evolucionando desde su incursión en la liga. En su escasa etapa universitaria en la prestigiosa UCLA, apenas dos temporadas, se le había conocido como experto defensivo, aupando eso sí en partidos vitales su aportación anotadora. Siendo el tercer anotador tras Kevin Love y Darren Collison, su llegada no hacía presagiar el status del que ahora goza. La carrera de su rival en minutos en UCLA, Collison, ha ido difuminándose entre lesiones y decisiones técnicas, mientras que la alianza de Westbrook con Durant en Oklahoma le ha proporcionado réditos inesperados por aquéllos que se empeñaban en catalogarle como "especialista defensivo con prestancia ofensiva".
Cierto es que las recientes ausencias de Durant, el líder de los Thunder, le han empujado a la primera línea con todas las consecuencias. Westbrook se ha arrogado la condición de "todopoderoso" en cancha, decidiendo por encima del criterio de Scott Brooks en múltiples ocasiones. Su compromiso con el equipo está implícito en su juego, aunque últimamente se percibe un ansia por superar su propia estadística, y de paso sugerir una posición igualitaria a la que se encuentra Durant. Dicen que la relación entre ambos no es la misma, que el guante blanco se ha ido ensuciando con el paso del tiempo. Gran parte de culpa la tiene la baja de Durant y el rango deportivo y mediático al que ha accedido Westbrook, poco dispuesto a aflojar ahora que ha batido récords y que se ha puesto casi en paralelo en la Historia con Jordan en lo que a triples-dobles consecutivos se refiere. Si algo puede enturbiar el futuro de ambos en Oklahoma es la gestión de su lucha de egos, y el amor por la estadística de Westbrook.