Calle Amadeo de Saboya 16
46010 Valencia
Habitación: 119
Fecha de Entrada: 13/7/2014Tarifa: 150€ (Alojamiento y desayuno)
A un puente sobre el antiguo cauce del Turia de distancia del centro histórico y comercial de la ciudad, en un precioso edificio modernista que albergó en su momento una fábrica de tabacos la compañía norteamericana abandera uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Ocupando una manzana entera sus dos plantas protegen un bonito patio ajardinado en el que se ofrecen algunos de los servicios del hotel.
Tras la puerta giratoria, nos recibe, en inglés, un responsable de la consejería en un espacio limpio y lleno de luz procedente de las cristaleras que dan al jardín. Mármol en el suelo y en las paredes, una preciosa mesa con un gigantesco ramo de flores en el centro. Un mostrador de madera acoge a los sonrientes conserjes. El aroma de las flores lo llena todo. A la izquierda, en un espacio circular, un poco más oscuro, se encuentra la recepción, con dos mostradores para la atención, uno especial para clientes SPG y una pequeña mesa donde el conserje nos ofrece una bebida de cortesía (agua, zumo de naranja, té frío...).
En el mostrador de recepción la burocracia es igual de tediosa que siempre, pero al menos se hace con una sonrisa, y mientras tanto, nos van explicando los horarios y servicios del hotel y los puntos que nos reportará la estancia en el programa de fidelidad de la compañía. El conserje se ofrece a llevarnos las maletas, pero para mover un troley no necesitamos demasiada ayuda.
En un rincón del amplio recibidor, junto a la cristalera al jardín encontramos los enormes ascensores. Enmoquetados, con las paredes de madera, algunos carteles elegantes sobre servicios del hotel y un enorme espejo. Un puntito oscuros. Hay que insertar la tarjeta de la habitación para subir a las habitaciones, como medida de seguridad. Los pasillos resultan anchísimos, y algo oscuros, con mullida moqueta en tonos grises, zócalos de madera y paredes empapeladas en vescom elegante de rayas blancas y arena. Junto a la enorme puerta de la habitación, de madera oscura, el número de la misma indica que la habitación es especial para "SPG Guest". Es de las pocas veces que uno "nota" que ser cliente fiel de la cadena sirve para algo.
Tras la puerta el espacio es gigantesco. Suelo de madera oscura con tonalidades rojas en la zona del recibidor. A la derecha la zona de vestidor y el baño. De frente, el enorme dormitorio. Suelo de moqueta color albero con unas rayas curvas algo más oscuras. Gruesa y mullida. Muy al estilo americano. Luz a raudales por los ventanales que dan al patio ajardinado. Tres balcones -sin terraza- desde el suelo hasta el techo. La luminosidad se incrementa con el blanco de la cama, la enorme lámpara que remata el techo de la habitación y el elegante papel que decora dos de las paredes en tonos arena claros. La pared de la cama contrasta con un marrón oscuro.
A la derecha de la entrada la enorme cama, blanca, inmaculada, flanqueada por dos bonitas mesillas en tonos dorados sobre las que descansan dos enormes lámparas de noche de color rojo con pantallas en marfil. Tras ellas interruptores para jugar con las muchas posibilidades que ofrecen las luces del dormitorio y un par de enchufes para el móvil. En la pared del fondo un sofá para dos, con una lámpara de pie y una bonita mesa ovalada de madera oscura, para sentarse a leer (se ofrecen varias revistas de actualidad), charlar o ver el enorme plasma que se sitúa en la pared de enfrente. Junto a las ventanas, una butaca individual con una mesa pequeña en la que ofrece una botella de agua con dos copas para los clientes SPG.
Al lado del plasma y junto a una de las ventanas hay un poderoso escritorio de corte clásico, con enchufes cercanos para conectar el portátil. En uno de sus extremos, el minibar. Sobre ella varias carpetas nos explican todos los servicios del hotel (room service, spa...). El wifi, que es gratuito en la recepción, es increíblemente caro (14€ el día) en las habitaciones. De vez en cuando, desde el dormitorio, asomado a la ventana, se puede llegar a captar la red gratuita de las zonas comunes.
La cama es realmente celestial, como dice el eslogan de la cadena. El colchón comodísimo te arropa al tumbarte y el nórdico ligero y suave apenas pesa. Seis almohadas de distintos tamaños, durezas y formas completan el equipo de descanso. Sobre el cabecero de la cama dos lámparas direccionables de lectura. Lástima que teniendo esos mimbres para el descanso, el aire acondicionado sea demasiado ruidoso para un hotel de estas características, y el foscurit de las ventanas deje pasar algo de luz a primera hora de la mañana.
Un anchísimo vestidor da el paso al baño. A la derecha unos enormes armarios, en madera rojiza, algunos con puerta de espejo, vestidos con todo tipo de posibilidades: cajonera, colgadores, baldas, estanterías, maletero... A la izquierda una puerta de espejo que da acceso al inodoro y al bidet. Un paso más allá un brillante y luminoso espacio de mármol blanco recoge a la derecha la bañera, a la izquierda la cabina de ducha y enfrente el lavabo, incrustado en una encimera de mármol negro decorada con un florero con una flor natural y situado bajo un espejo redondo y dos lámparas. El juego de luces en el baño también permite distintas y sugerentes combinaciones.
El surtido de amenities es inacabable incluyendo set de costura, bastoncillos para las orejas, un jabón exfoliante, otro con forma de hoja de árbol para masajear, gel, champú, acondicionador, peine, set dental, de afeitado, espejo de aumento de mano... La lencería es enorme, mullida, limpísima y muy variada. Cuadrantes para manos, toallas de manos, toallas de damasco, toallas de baño y albornoces.
La presión y el caudal es fantástico en todos los grifos. Lástima que la enorme alcachofa de ducha, con efecto lluvia que se ofrece en la cabina esté situada justo a dos metros de altura, y los que somos de constitución larga tengamos que agacharnos un poco para disfrutarla en todo su esplendor.
Por la mañana, en el jardín (o en el interior) se puede disfrutar de un espectacular desayuno buffet. Variedad de productos fríos (embutidos, quesos...), calientes (tortitas, tortillas, huevos, chorizo, salchichas, tomate), cocinados al momento, sandwiches, bocadillitos, deliciosa bollería, y todo regado con zumo de naranja natural que a uno le sirven -y reponen- directamente en la mesa, y con café Nespresso.
En el mostrador de salida, pregunta por el minibar, pero también simpatía y atención por si hemos podido descansar a gusto y todo a estado correcto.
Calidad/precio: 10
Servicio: 10
Habitación: 9.5
Baño: 9.5
Estado de conservación: 10
Valoración general: 9.5