Revista Comunicación
(10) El héroe de las mil caras. La idea de la muerte y la resurrección está muy presente en Westworld. No es casualidad. Según el mitógrafo Joseph Campbell, en todos los relatos y leyendas de las diferentes culturas del mundo hay un esquema oculto que se repite. Una de las etapas de ese viaje del héroe arquetípico es la resurrección, tras la cual el protagonista del relato adquiere poderes sobrehumanos: ya sabéis, Jesucristo resucitó al tercer día, demostrando así ser el hijo de Dios. En el libro Lacrimae Rerum (2006) el filósofo Slavoj Zizek analiza la película Matrix (1999) y define a su protagonista, Neo (Keanu Reeves): "En Matrix, el Elegido es aquel capaz de ver que nuestra realidad cotidiana no es real, sino un universo virtual codificado, y que es por lo tanto capaz de desenchufarse de ella, manipularla y dejar sus reglas en suspenso (volar por los aires, detener las balas...)". Esto lo logra Neo tras "morir" a manos del agente Smith (Hugo Weaving). La película de las hermanas Wachowski, como Star Wars (1977) antes que ella, sigue los pasos del viaje del héroe de Campbell. Algo equivalente ocurre, incluso, en la genial La Lego película (2014), cuando su protagonista descubre que es un juguete que vive en la casa de un niño del mundo real, tras lo cual adquiere la capacidad de ver y modificar las piezas de su mundo de Lego. En Westworld, Dolores (Evan Rachel Wood) se ve a sí misma en varias ocasiones -símbolo de que lo que busca es su propia identidad- pero también se topa con imágenes relacionadas con la muerte -un desfile del día de los muertos mexicano, una carta del Tarot, un trono de calaveras en el que se ve sentada a sí misma-. De hecho, Dolores acaba encontrando el laberinto escondido por su creador, en su propia tumba. Pero es Maeve la que muere una y otra vez, resucita repetidamente, y, tras empezar a recordar esas muertes, aprende a "despertarse" fuera de la caverna, en el mundo "real": el de los técnicos del parque. Esto desvela -cae el velo de Maya- para Maeve, la auténtica realidad, igual que cuando Neo consigue salir de la simulación de Matrix. A continuación, la androide adquiere también poderes extraordinarios, como el de controlar a los otros anfitriones del parque y el de modificar las narrativas, cambiando su destino y el de otros personajes.