El pasado viernes tuve la oportunidad de asistir a un encuentro que se celebró en el Mercado de San Antón, en Madrid. En un marco muy original ASUS, empresa especializada en tecnología digital, nos quiso hacer ver cómo digitalizar nuestro hogar: we transform the house. La verdad que mi casa es muy 2.0, para que nos vamos a engañar, pero de esto las madres blogueras sabemos un rato, ¿no? ;)
Cualquier excusa es buena para reunirme con bloggers ya conocidas y sobre todo para poner cara a otras. Compartir un ratito con ellas y además tener la oportunidad de hacerlo para oir hablar de algo que nos apasiona, hizo que la mañana del viernes mereciera la pena. ¿Y de que se habló allí? De niños, de educación, de transformación, de pasión.
Marisa Moya, directora de la Escuela Infantil Gran Vía, tuvo la amabilidad de contarnos su proyecto educativo. Una mujer llena de ilusión, de pasión por la enseñanza y por lo niños. Me recordó muchísimo a la profesora que Rayo tuvo en el ciclo de Educación Infantil. Vi esa misma inquietud, esas mismas ganas por conseguir mejorar y adaptar la enseñanza a los tiempos actuales.
Marisa nos habló de algo que las madres de hoy vemos a diario. La educación de hoy en día no se adapta, en muchas ocasiones, a la realidad que vivimos. Y esta es una queja de numerosos profesionales, de las familias, de quienes comparten el día a día de la vida escolar. Es evidente que es necesaria una ruptura, un cambio que consiga que la enseñanza de hoy vaya en línea a las circunstancias de nuestro presente y de nuestro futuro. Esta reflexión es la que llevó a cabo Marisa un día, y teniendo el privilegio de ser maestra, se remangó la camisa y se puso a trabajar para lograr esa ruptura tan necesaria. Y fue cuando se creó escuela enREDada, un proyecto que pretende integrar las TIC en su propuesta educativa.
No sólo se utilizan las TIC para los niños, sino también para lograr una comunicación fluida con los padres, para conseguir una mayor implicación, una participación abierta por parte de las familias. Las redes sociales nos facilitan esta tarea y en esta ocasión se han puesto al servicio de una escuela, de unos profesores, de unas familias. Y todo con un fin común: mejorar la educación de los niños.
El uso de las nuevas tecnologías no es algo que esté de moda, algo pasajero, es una necesidad actual que nuestra sociedad vive y siente. Así que, ¿por qué no emplearlas desde el principio? El uso de métodos digitales en las escuelas implica igualmente una transformación del aprendizaje. Es hora de que educativamente evolucionemos y nos adaptemos a la realidad que esos niños viven fuera de la escuela. Porque en casa, ¿tu hijo no tiene acceso a una tableta, a un ordenador? Apps educativas, juegos infantiles, juegos de estimulación, todo está a nuestro alcance, estamos acostumbradas a buscar herramientas que nos ayuden, que nos sirvan, que nos enseñen, ¿por qué entonces en el colegio ha de ser diferente?
La actividad digital en el aula mejora y aumenta las capacidades de los niños, como por ejemplo la actividad exploratoria, según nos mostró Marisa en un vídeo con sus alumnos. Ahí es donde vimos esa pasión de la que os hablaba, en su mirada, en su sonrisa, pudimos notar ese sentimiento de orgullo al ver a aquellos peques manejar la tecnología que ponían a su alcance.
Pero Marisa no nos habló sólo de TIC, y no sólo de TIC puede vivir la educación. Ella nos habló de proyecto educativo, de implicación, de un cambio de paradigma que pasa por el uso de la tecnología en el aula, pero que también implica una mejora de la calidad en la enseñanza, una participación activa de las familias y un empeño continuo por parte de los profesionales de la educación.
¿Utopía? ¡En absoluto! Lo que pudimos escuchar allí es real, tangible para algunos y deseable para otros tantos. ¡Pero está ahí! Es el colegio que todos queremos para nuestros hijos, es el proyecto al que padres y madres aspiramos, es la ilusión que nos gustaría que sintieran todos aquellos que se dedican a algo tan hermoso como es la enseñanza.
Los niños y niñas de hoy serán los hombres y mujeres del mañana. En nuestras manos está ofrecerles las mejores herramientas para su desarrollo intelectual y emocional. Las tenemos, por tanto, ¡podemos!
Marisa Moya es un ejemplo de ruptura, de cambio. A través de la tecnología ha creado la escuela que ella quería, que todos queremos. ¿Cómo podemos conseguir para nuestros hijos este cambio? Una pregunta que dejo en el aire para quien le apetezca dejar su pequeña aportación.