Y si, estas delante de mí en este café que suelo frecuentar.
Y si, por un instante me atrevo a mirarte a los ojos y tímidamente sonrío.
Y sí, me devuelves la sonrisa, y sin darme apenas cuenta, te acercas a mi mesa y me dices:
Y si yo, tan tímida como decidida, tardo los minutos necesarios para ver flaquear tu seguridad y atrevimiento, y al final respondo:
Y si entramos en ese silencio incómodo y ensordecedor, del que intentas salir preguntando:
Y si yo, con mis súper dotes sociales, te digo:
e inmediatamente me arrepiento de haber dicho eso.
Y si tú, ni tonto ni perezoso me dices:
Y si yo, sorprendida y extrañada con la acción a igual manera, intento contestarte algo con sentido, pero simplemente sonrío y bajo la mirada para que no te des cuenta que me he quedado embelesada en tus ojos color almendra y porque, ciertamente, amo el té rojo.
Y si tú, curioso como aparentas te percatas de que he estado escribiendo y que tengo la mesa un poco desordenada y sin pensarlo mucho coges el papel que tienes más cerca y lo lees...
Y si yo, hago un intento fallido de quitártelo pero es demasiado tarde y ya has leído suficiente para saber de qué va y yo me pongo más roja que el té que acabas de ofrecerme y sigo intentando arrebatártelo de las manos.
Y si tú, haciendo caso omiso de mis intentos de quitarte el papel, sonríes como un niño al leer sin tapujos todo lo que está escrito.
Y si yo avergonzada como estoy ahora tomo primero la postura de enojada perdida y te digo:
y después al ver que obviamente no me haces caso, paso a la postura de humillación e intento no darle importancia y te digo:
Y si tú, me miras durante unos largos segundos y me dices:
A mi no me parecen tonterías. Veo unos sueños que se mueren por ser vividos y una vida que quiere ser renovada y me parece emocionante. Si algún día te animas a hacer todo lo que aquí está plasmado, me encantaría ser esa persona que te acompañe.
Y si yo me quedo atónita, con la respuesta, la situación, la intención, la estúpida hoja, contigo... y te respondo:
Y si tú, con una sonrisa de sobrado y para, seguramente, reírte un poco de mi me contestas:
Y si yo, entrando en estado de cólera, pensando en que por un segundo has querido aprovecharte de mis ''no sueños'' respiro profundamente y solo contesto:
Y si tu haciendo un gesto con la mano de, para para el carro, me dices:
Y si yo, sintiendo como he perdido la batalla y sin tener ninguna otra excusa que decir, añado:
Tantos y sies que se quedaran en nada, porque yo sigo aquí y nunca, nunca me atreví a darte esa mirada.
