Tengo que decidir que voy a hacer próximamente con mi cabello, cuando me quite las trenzas. Antes que nada, tendré que ver el crecimiento, que digo yo que habrá crecido bastante, no sé. Y tendré que ver, también, qué peinados puedo hacerme.
Aún lo tengo demasiado corto para hacerme bantu knots, que me encantan, pero quizás ya pueda hacerme cornrows o flat twist. Lo que sí tengo claro es que tengo que repasar los protective styles -estilos de protección- para ver qué puedo hacer en mi incipiente melena afro. Y en el afro de Chocolatina Mayor, que también va con trenzas, pero habrá que quitárselas antes de que empiece el cole. Y lo empieza el lunes. Así que, sí o sí, tiene que ser este fin de semana.
Otra posibilidad que me atrae bastante es hacerme twist con extensiones. El problema es que siento que, cuando me quite estas trenzas, necesitaré que mi cabello descanse una temporada, así que los twist tendrían que esperar, al menos un par de meses; no quiero estar sometiendo a mi cabello al estrés de las trenzas constantes.
Sin embargo, y llevando el cabello afro, la opción de llevar extensiones, en diferentes modalidades, me resulta muy atractiva. Pero también tiene un handicap: ya no dispongo de la paciencia necesaria para pasarme horas y horas sentada mientras me trenzan el pelo. Bueno, y de tiempo tampoco es que vaya yo muy boyante, claro.
Así que ahí se me presenta el dilema. ¿Qué hago después con mi pelo, cuando pase el verano y me quite estas trenzas?
Si es que sólo pensar en tener que quitármelas me da pereza, de la más perra de todas. Pues de ésa. Volvamos a mirar el lado positivo: como tengo el pelo corto, tampoco habrá que deshacer mucho. Quien no se consuela es porque no quiere.
Será ya cerca del otoño, cuando me quite las trenzas, y las temperaturas ya empezarán a refrescar. Me apetece lucir mi afro y calzarme mis turban, también (lo que me recuerda que quiero acercarme a Primark a comprar algunos fulares más, para mi headwrapping. Nota mental); es que con este calor, no me apetece “envolverme” la cabeza, la verdad. En cambio en invierno sí; así voy más calentita.
En fin, tengo tiempo todavía para pensar qué hago con mi pelo. Cuando lo tenga claro, te lo cuento.