Whatever you are: I love You. Capítulo I (Aubrey Green)

Lo primero que llega a la mente de las personas cuando me preguntan mi nombre y les contesto, se que piensan, ¿No es ese un nombre de chico? Pues tengo que informarte que no es así, porque inmediatamente una chica lleva el nombre de un chico, ese nombre pasa a convertirse de un nombre de chico a uno de chica y chico. En fin, mi nombre es Aubrey Green. Tengo diecisiete años y estoy en mis primeras vacaciones después de finalizar la escuela secundaria. Soy una pre-estudiante de danza moderna en espera de que mi hermana Kendra termine sus estudios de arquitectura, ya que mi madre con su trabajo como recolectora de tomates no puede costear la supervivencia de dos chicas en la ciudad. Por eso, mientras me toca el turno soy la a ayudante oficial de mi madre en la recolección de tomates pata la empresa mas importante, fabricante de salsa de tomate. Esa la vida de mamá.

Mamá no está muy de acuerdo con eso de salir de tus raíces e irte a explorar el mundo malvado y perverso que hay fuera del campo. Mamá piensa que toda mujer solo debe centrarse en una cosa buscar un buen hombre, casarte con él y tener bebés hasta perder la cuenta de cuántos embarazos tuviste. Quizás debería pensar como ella y buscar ese buen hombre, pero es que sencillamente, no existe nadie sobre la faz de la tierra que llame mi atención. Todavía no ha llegado en chico que me vuelva loca y con el cual piense en que sí, él es el correcto. Muchos en la escuela se me han acercado me han coqueteado, han querido salir conmigo y hasta tocarme, pero yo no siento nada por ellos, no parecen suficiente, mis expectativas son un poco mas altas, tan altas que quizás no llegue el adecuado jamás. Pero no pierdo la esperanza, porque creo en el amor y en que algún día llegara el momento en que un príncipe azul abra las puertas de mi corazón y las cierre para nunca mas salir de allí porque estoy segura que no lo dejaré escapar jamás.

-Es suficiente trabajo por hoy señoras-. El señor Johnson, jefe de la red de recolectoras avisa el termino de nuestro turno de hoy. Tomo mi canasto repleto de tomates frescos y me dirijo junto a mamá hacia el área de clasificación.
-¿Podrías clasificar los mi Aub también, por favor? Tengo un fuerte dolor de piernas y creo que no podré mantenerme de pies. - Mamá está masajeando sus rodillas que están marcadas con tierra por el tiempo que pasó de rodillas.

- Claro mami. Ve tranquila. - Le doy un beso en la frente y ella me responde por igual.

- No se que haría sin ti. - En sus ojos es visible la ternura. Su voz es delgada pero llena de fuerza y verdad. Mamá sale de la sala y yo me quedo en la mesa clasificando la colecta. Divido los tomates saludables de los que están un poco afectados por la polilla. La mayoría casi siempre están bien, sin embargo, veo que la mayoría de los que yo recolecte están tintados con un color plata. Observo más detenidamente y mis ojos se concentran en las manchas, pero nas que manchas, son una especie de larvas o piojillos. Es extraño. Decido regresar de vuelta al huerto.

Me arrodillo en el área que estuve recogiendo los tomates y escarbó un poco en la arena. Una cápsula del tamaño de un huevo esta enterrada allí. Una luz parpadea y calculo que lo hace en un laxo de 15 segundos cada iluminación. Es extraño. Es algo así como algún juguete de un niño de ciudad. Lo levanto y lo llevo a casa, dejándolo encima de mi cama.

Me olvido de ello y tomo la cena con mama y ni hermano menor. Están consumiendo un revoltillo y pan. Mamá me pregunta sobre cono terminó el día, pero no comento sobre lo que ví. Me levanto de la mesa y decido que es hora de irne a dormir. Me doy una ducha en el único  que está fuera en la parte trasera de mi casa. El agua fría estremece mi piel dejándola erizada. Me envuelvo en ni toalla que cubre apenas mis senos y un poco la parte mas alta de mis muslos. Entro a mi habitación y al encender la luz, un hombre esta sentado en mi cama. Lo único que se me ocurre hacer es gritar el pánico se apodera de mi ser y quiero escapar de allí.