Nuestros hijos son lo que ven
Hace unos meses Ikea emitía un anuncio en TV donde uno de los mensajes directos era que “Nuestros hijos son lo que ven”. El anuncio me sirve como excusa para entender perfectamente cómo Luna (9 años) y sus amigas le ponen mucha imaginación a lo que ven en casa.
Whatsapp Luna
Luna con sus 9 años, sus continuas ganas de jugar y con la creatividad hace que todo sea posible, hizo que nos encontramos en su mandilón un Whatsapp. Sí, lo he dicho bien. No un móvil. En los bolsos de su mandilón había varios Whatsapp(s).
De pequeños seguro que todos (o casi todos) burlábamos la atención de los profesores y profesoras pasándonos notas. El “Whatsapp de Luna” es una versión del siglo XXI que incluye la temperatura de la ciudad, pronóstico del tiempo, algunas aplicaciones (hacer click en la imagen para ver detalles), buscador de Google y dos clips: uno rojo (apagado) y otro verde (encendido), que en su clave interna significa si está disponible o no para emitir/recibir notas en clase.
Mensajes Whatsapp Luna
Y como la semana es larga, en el fin de semana prepara varios “Whatsapp” porque como imaginarán muchos mensajes no caben y como Luna me explicó: “todavía no tiene mucha memoria.
Como suele pasar en la infancia, la comunicación y los mensajes son una exaltación de la amistad, besos, muchísimos corazones y “te quieros”, están muy presente. Luna me dio permiso para desvelar algunos mensajes de su intercambio de notas que nos ayudarán a entender mejor el proceso.
Espero que la tutora no sea lectora de este blog porque no tengo claro si le gustará este ejercicio de creatividad, aunque yo creo que “este grupo de Whatsapp” se merecen un sobresaliente en tecnología ;-).
Whatsapp Luna
Pero como decía al principio, “Nuestros hijos son lo que ven” y en todas las casas el Whatsapp está ardiendo en los móviles. Los padres/madres tenemos una frenética vida social “whatsappera” a través de numerosos grupos de amigos, trabajo, familia, cumpleaños, actividades extraescolares, paddle, fútbol, envío de fotografías comiendo, riendo, saltando y un largo etcétera que hace que los más jóvenes de casa innoven y se busquen la vida para jugar y emular a sus mayores creando sistemas de comunicación para pasarse sus notas utilizando las claves, modos y recursos de buena parte de la comunicación del siglo XXI.
Nada como el hogar para amueblarnos la cabeza
Pero aunque “nuestros hijos son lo que ven“, también es cierto que como reza el cierre del anuncio de IKEA, “Nada como el hogar para amueblarnos la cabeza“, por lo que en la familia – tanto en edades tempranas como Luna y especialmente con adolescentes – tenemos que poner normas, sentido común, ser flexibles cuando hay que serlo pero también muy estrictos cuando el smartphone se convierte en un elemento distractor de los estudios, inhibidor de la comunicación familiar o social o generador de ansiedad si el adolescente no contesta de manera inmediata a sus múltiples grupos de amigo.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación, son su medio de comunicación, de interacción, de socialización – pero no olvidemos que también es de los adultos, por lo que la familia es un entorno fantástico para fomentar un uso seguro y responsable, encontrando las oportunidades – que son muchísimas – que nos ofrecen las tabletas, smartphones y ordenadores para las nuevas generaciones.
Les dejo con el video de Ikea, porque además de los muebles comunica valores, realidades y vivencias de manera excepcional.