Desde hace poco, la aplicación de mensajería WhatsApp ha incorporado el doble tick azul que indica que el otro ha leído el mensaje.
Me sorprendo mucho ante los problemas reales que ha generado este tipo de cosas entre las personas y, sobre todo, entre las parejas. Parece que tengamos una necesidad de respuesta inmediata a nuestros comentarios, como si estos fueran un emisario de nosotros mismos y cada interacción fuese una prueba de fuego sobre el estado de la relación.
Lo primero que me gustaría decir es que la mensajería es un método de comunicación NO SINCRONIZADO, es decir, que yo mando un mensaje y este puede ser leído en cualquier momento o incluso nunca. Puede ser visto sin atención o puede que se lea sin darse cuenta de lo que pone. Aun así, estamos tan acostumbrados a que nosotros y los demás estemos siempre pendientes del móvil que se ha generado una paridad que puede ser interpretada como así me respondes – así te importo.
Creo que este error es muy importante y merece mucha atención, pero no va a ser el foco de mi comentario de hoy. Aunque no puedo evitar recordar escenas como alguien pasando frío después de escribir “ya estoy aquí” a su amiga que no leyó el mensaje hasta 20 minutos después, cuando ya estaba enfadada por el retraso de la otra que no se había dignado aparecer y, en vez de llamar al portero automático de su piso, envió un mensaje de whatsapp. La una estaba esperando arriba y la otra abajo, ambas enfadadas.
Hoy voy a aprovechar esta noticia para hablar sobre relaciones de pareja. Sí, por primera vez (creo), voy a mencionar aquí ese tema.
Cada cual es cada cual y creo que aprender a usar estas cosas con el criterio adecuado para cada pareja es posible, siempre que se hable.
Creo que una relación sana no es tan frágil como para que necesite una respuesta a cada comentario.
En el ejemplo de esta conversación, si “Cari” está corriendo porque llega tarde o está hablando cara a cara con otra persona, puede que le encante leerlo pero le parece de mala educación usar el móvil mientras escucha al otro.
Cuando recibir una nota de cariño se convierte en una obligación de responder, puede que deje de ser agradable recibirlas.
Si las notas de cariño implican obligación de responder, puede que no sea agradable recibirlas
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“Te echo de menos” debería ser un regalo para el otro y no una exigencia de reciprocidad. Los “te echo de menos”, “te quiero”, “pienso en ti”.. deberían ser caricias que se dan sin demandar una caricia de vuelta.
Cada uno acaricia cuando quiere ofrecer su amor y como puede en ese momento. Tenemos a nuestra disposición muchas herramientas tecnológicas que facilitan esto y se pueden aprovechar para dar y no para exigir.
Y si hay una descompensación con las caricias, siempre puedes expresar tu necesidad como tal, no como exigencia. Pero de expresar las necesidades ya hablaremos en otro momento.
El uso que se da a los sistemas de mensajería es un desafío como tantos y las parejas pueden resolverlo si lo afrontan y no dan por echo que el otro sabe lo que uno necesita.
En tu caso, ya sea por mensajería o de viva voz, cuando dices “te quiero” ¿Lo haces para regalar o para exigir reciprocidad?
Gracias por compartir en las redes sociales y por comentar. Me ayuda a dar más visibilidad a mi trabajo.
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