Revista Cine
Los profetas describen lo que vieron en Visiones... con sus órganos imaginativos e inmortales. Un Espíritu y una Visión no son, como supone la filosofía moderna, un nuboso vapor, o una nada: se hallan organizados y articulados meticulosamente, más allá de lo que pueda producir la naturaleza mortal y perecedera. Quien no imagina rasgos más fuertes y mejores, y bajo una luz más fuerte y mejor que la de su ojo perecedero, no imagina en absoluto.
(William Blake).
He de reconocer que nunca he sido fan devoto de ningún grupo musical en particular, me he dejado las obsesiones y fanatismos para el mundo del cine y la literatura. Eso no quita que, como cualquier otra persona, existan grupos que me hayan gustado más que otros en determinados momentos de mi vida. Uno de ellos es, necesariamente, "The Doors".
Con un estilo musical que tiene sus raices en el blues, el flamenco, el jazz y en la psicodelia, "The Doors" (nombre inspirado en el libro de Aldous Huxley "The Doors of Perception", inspirado a su vez en el poeta William Blake), el grupo compuesto por Jim Morrison, Ray Manzarek, Robby Kriegger y John Densmore, se apartó voluntariamente de las tendencias musicales mayoritarias de la época para, con las magistrales letras de Morrison, dar forma a uno de los grupos más estimulantes del panorama musical mundial. Poco se podían imaginar aquellos cuatro músicos tras su primera y desastrosa actuación (a la que no asistió absolutamente nadie), que iban a convertirse en un referente histórico-musical (incluso cultural y social si me apuran) imperecedero.
La película que hizo Oliver Stone en su momento, aquel biopic con Val Kilmer convertido en un émulo de Jim Morrison (lo mejor del flm sin duda, con Kilmer en su interpretación más lograda de toda su carrera), me dejó bastante frío y no creo que estuviese a la altura de lo que el grupo se merecía (tal vez si no se hubiese centrado tanto en ahondar en la relación de pareja de Morrison y Pamela, la cosa hubiese ganado); vamos, que es fácil y necesariamente olvidable (he de aclarar que desde que la vi por vez primera, que me gustó bastante, no había vuelto a poner mis ojos en ella hasta este pasado fin de semana, que volví a ella en una doble sesión junto con el documental que nos ocupa).
Pocos son los documentales sobre grupos musicales que me atrevería a recomendar a cualquier persona, pero sin duda uno de ellos sería este de Tom DiCillo, editado por Avalon y de nombre "When you're strange" (otro sería, sin lugar a dudas, "The devil and Daniel Johnston", también editado por Avalon y que se centra en la figura del inclasificable Daniel Johnston); Y es que, el principal problema que presentan este tipo de trabajos es que sulen pecar de caer en lo que conocemos como hagiografía. Por suerte para todos, este documental no comete ese error (no en vano, debemos recordar que DiCillo ya tocó el tema de al música en la película "Johnny Suede").
Tom DiCillo no sólo no cae en el fanatismo enfervorecido e imparcial, lo cual hubiese sido un tremendo error, sino que hace que algunos vean al grupo como no se habían imaginado nunca que lo harían, con un enfoque muy original en lo que a cine documental se refiere, ya que nos lo hace llegar como si de un libro o película al uso se tratase (presentación, desarrollo y desenlace), con representación cronológica de material inédito hasta la fecha (como los celebrados fotogramas de "HWY-Highway", película experimental que el mismo Morrison filmó mientras estudiaba cine en la Universidad de la UCLA), mezclado con material de la época en el que se desarrollan los hechos que se narran, desde sus comienzos actuando en el club californiano Whisky a Go Go (lo cual nos permite una clara perspectiva de la evolución del grupo, viendo cómo Morrison pasa, por timidez en sus primeras actuaciones, de cantar de espaldas al público, hasta las provocadoras y alocadas "performances" que llegó a representar en lo alto de un escenario mientras al final de su carrera).
Un interesante film que sirve, además de para adentrarse en las insondables profundidades del grupo, para descubrir una convulsa época en la historia americana.
Por poner una pega, por ser quisquilloso, vaya, uno desearía que el tono empleado por Depp para la narración hubiese sido menos monocorde, más efusivo y, por qué no decirlo, más escaso en tiempo, para así haber disfrutado más de la música del grupo. Aún así, una vez visionado el trabajo de DiCillo, el primero tras las cámaras en lo que a documentales se refiere, sólo puedo desear una cosa, que no demore demasiado su próximo trabajo. Todos lo agradeceremos.
Si aún no están convencidos, que ya deberían, prueben a ver tan sólo el comienzo. Jim Morrison conduciendo a toda velocidad por el desierto (en una escena sacada de la citada HYW) mientras en la radio se anuncia su propia muerte (emisión real del día en el que fue encontrado muerto: “los rockeros de todo el mundo están hoy de luto. Jim Morrison, cantante de The Doors, ha sido hallado muerto en su apartamento de París”).
Con esto, quedarán atrapados hasta el final.
A partir de ahí, la vertiginosa Historia de uno de los grupos más grandes del rock.
"People are strange when you're a stranger
Faces look ugly when you're alone
Women seem wicked when you're unwanted
Streets are uneven when you're down
When you're strange
Faces come out of the rain
When you're strange
No one remembers your name
When you're strange
When you're strange
When you're strange
People are strange when you're a stranger
Faces look ugly when you're alone
Women seem wicked when you're unwanted
Streets are uneven when you're down
When you're strange
Faces come out of the rain
When you're strange
No one remembers your name
When you're strange
When you're strange
When you're strange
When you're strange
Faces come out of the rain
When you're strange
No one remembers your name
When you're strange
When you're strange
When you're strange".