Hacía bastante que un producto de belleza no me sorprendía y me encantaba tanto como los de la marca que he descubierto hace poco y que os quiero presentar hoy: Whind. Si os gusta usar cosméticos que además de ser efectivos sean un gustazo de aplicar (además de veganos y cruelty free), estáis en el lugar adecuado. Solo tenéis que seguir leyendo.
Puedo considerarme muy afortunada por tener la oportunidad y la suerte de que algunas marcas de belleza quieran mandarme sus productos para que los pruebe y, si me gustan, los dé a conocer a mis seguidores aquí en el blog o en mis redes sociales. A veces me mandan las novedades de marcas muy conocidas y otras descubro firmas que tienen mucho que decir y que merecen ser conocidas por mucha gente.
Ese es el caso de Whind, la marca de la que os quiero hablar hoy, porque hacía mucho que un producto de belleza no me enamoraba como lo ha hecho su aceite Marrakech Light Illuminanting Magic Oil.
Soy una amante de los olores especiados, cálidos e intensos tan típicos de la cultura árabe. Me producen una cierta sensación de calidez que me encanta y me transportan a sitios exóticos en los que ni siquiera he estado, como puede ser Marruecos. Bueno, pues este aceite tiene ese tipo de olor delicioso gracias al ámbar.
También soy desde hace tiempo una apasionada de los aceites nutritivos para la cara, el cuerpo y el pelo. Me parecen súper agradables de aplicar y sus resultados son buenísimos, aparte de que dejan un efecto inmediato de luminosidad y brillo. Y cuando son buenos no engrasan nada, por cierto. El aceite Marrakec Light también cumple esos requisitos.
Es un aceite facial de absorción rápida, mezcla de 9 aceites antioxidantes como el de argán, jojoba, oliva, almendra o albaricoque, entre otros, que tiene propiedades nutritivas y antioxidantes y mantiene la hidratación de la piel. Además, aporta una luminosidad y un brillo tan típicos de las vacaciones de verano, cuando tenemos buena cara porque sí. Ponérselo es un gustazo por lo bien que huele y lo bonita que deja la piel.
Mi truco, por cierto, es ponerme una o dos gotas en la cara antes de maquillarme, incluida la zona del contorno de ojos, y esperar un ratito a que se absorba bien antes de ponerme la base. Es increíble lo bien que se desliza y que sienta el maquillaje. Y no hay que preocuparse por brillos ni nada, porque no aporta nada de grasa (aunque yo me pongo polvos matificantes como hago siempre, me ponga o no me ponga este aceite).
El otro producto de Whind que me mandaron para probar fue el Sahara Silk Vanishing Cream Exfoliator, un exfoliante en crema con el mismo aroma delicioso que el aceite y que ayuda a eliminar células muertas y a mostrar una piel suave y luminosa de manera delicada. Gracias a un complejo triple activo de enzimas de granada, arcilla de Rhassoul y fibra de arroz, la piel se renueva de manera delicada y la suciedad de los poros se limpia sin agredirla. Además, como tiene aceite de argán y de almendra, hidrata y nutre al mismo tiempo. Sólo hay que masajear la crema en la piel, dejarla actuar diez minutos como una mascarilla y retirarla con una muselina humedecida en agua. Es otra delicia para los sentidos.
Whind tiene además otros productos como una gelatina limpiadora, una mascarilla purificante en mousse, o una mascarilla de noche que se transforma en aceite. Todos son veganos, cruelty free y dermatológicamente testados.
La marca tiene una filosofía que me encanta: unir la frialdad de la ciencia, que consigue productos eficaces y seguros, con la calidez de texturas y aromas sensoriales que nos transporten a lugares exóticos y nos hagan sentir bien. Y lo mejor es que lo consigue, por lo que he podido comprobar usando los dos productos de los que os he hablado más arriba. En su web podéis ver toda la información sobre sus orígenes, los ingredientes que usan, la historia de la marca, etc. y también podéis comprarlos.