La intensidad es el rasgo más característico de esta película. Intensas son las actuaciones de los actores con J.K. Simmons haciendo el papel de su vida sin olvidarnos de un Miles Teller que sabe estar a la altura haciendo todo un derroche de fuerza interpretativa. Intensa es su realización con escenas en las que los planos bailan al compás de la batería dotando a la narración de un ritmo trepidante. E intensa es la pasión que sienten los personajes por la música y que culmina en un desenlace que, aunque no entiendas de jazz, te pondrá la piel de gallina irremediablemente.
Mi puntuación: 7/10
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