Revista Cultura y Ocio

"White light", de George Michael. El arte de volver.

Publicado el 02 octubre 2012 por Casoledo
Quizá porque este blog ha muerto y renacido numerosas veces siguiendo los vaivenes vitales relacionados con el trabajo y aledaños -como los achaques de salud derivados de él-, la última ahora mismo, siento que no hay mejor manera para iniciar el nuevo curso que con esta canción. 


George Michael estuvo a punto de morir el año pasado a causa de una extraña neumonía que lo tuvo varios días agonizante, tumbado en una cama mecánica que se movía para evitar el encharcamiento de sus pulmones, y que al parecer le salvó la vida. A la vuelta, hablando aún con ahogo, dio esta emocionante rueda de prensa:Los médicos le aconsejaron que se tomase un largo reposo, puesto que no podían descartar que después de la experiencia sufriese alguna clase de trauma. Su manera de regresar a la vida, sin embargo, consistió en volver a componer, y retomar su gira "Symphonica". Ahora ha tenido que suspenderla de nuevo porque, en efecto, los ataques de ansiedad se lo impedían. Confiamos, estamos seguros, de que se recuperará plenamente, tal vez midió mal sus fuerzas en estos momentos, pues todos los que tuvimos la suerte de asistir a aquellos conciertos del tour del año pasado pudimos apreciar la exigencia del set list. Tiempo de descansar, recobrar fuerzas y volver con ese disco de dance que ha anunciado.Antes, sin embargo, nos ha ofrecido "White light", que se ha hecho popular por ser presentada en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres, algo que mereció algunas críticas ciegas, incapaces de entender la trascendencia de la canción, más allá de que lo mucho o poco que pueda gustar. Si algún santón del rock o trovador contemporáneo estilo Bob Dylan, Van Morrison, Neil Young o Jeff Tweddy hubiese escrito un tema así tras una experiencia cercana a la muerte el aplauso habría sido unánime. Como lo ha hecho una estrella del pop, la cosa tiene escaso mérito.Pero lo cierto es que se trata de un tema conmovedor sobre el miedo y la tristeza de enfrentarse a esa "luz blanca" que nos va a arrebatar la vida, y el agradecimiento por seguir aquí y poder contarlo. El vídeo tampoco ha sido entendido, por muy evidente que resulte su tono pesadillesco, alegórico, culminado en el abrir de un párpado que escapa de la muerte. Salvando las evidentes distancias entre esa batalla física dolorosamente real y una pequeña bitácora,  el apartamento en ventura ha estado a punto de ser clausurado y derruido con una pesada bola metálica. Pero al final su Sole Owner and Propietor se ha interpuesto entre la pared y la bola, y la cosa sigue. Hoy estoy contento por ello.



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