Revista Cine
María, interpretada por Isabelle Huppert , siempre inmensa, representa en esta película la dicotomía perfecta que se da entre los europeos que viven o han vivido para África. En este caso, la protagonista, francesa, es capaz de criticar muy duramente a su país cuando deja de administrar (porque proteger obviamente nunca lo hizo) sus ex-colonias. Incluso cuando el ejército francés le hace un aviso , tiene un monólogo interior en el que ella habla como si fuera una víctima, como si fuera africana . Sin embargo, cuando finalmente estalla la guerra su entidad se desintegra paulatinamente. Ella se queda en su cafetal heredado mientras que los demás se marchan. Obviamente en calidad de francesa en muy fácil quedarse .Pero lo peor de todo es que esos negritos lo saben. Esos ojos que una vez fueron de agradecimiento , ahora se tornan escrutadores .María contraataca ofreciendo dinero para volver a replantar sus tierras lo que no deja de ser una experimentación social rayana en la negligencia . Pero ellos, convertidos en rebeldes (o patriotas si se ve desde el otro bando) ,ya no van a ofrecerle trato de favor. En fin, su obstinación , casi ceguera, por hacer de aquel campo de batalla un país de paz poco a poco perderá fuelle ......un declive que no desvelo como acaba ( pasan muchas cosas) porque es digno de ver en todo su esplendor.
Aquí