3 años después de que David Coverdale, volviera a dar vida a la serpiente blanca en los estudios de grabación. reuniendo a la nueva banda para dar a luz Good to be bad. Regresa con una nueva obra, que bien se puede decir. Que supera con creces a su anterior trabajo. En el se demuestra a una banda más compactada. Y a un mayor feeling entre el cantante y su guitarrista Doug Aldrich. Tema de discusión, el porque duraban tan poco los guitarristas de Whitesnake en la banda.
Por un lado me ha sorprendido totalmente. Ya que debido al estado vocal de Coverdale, arrastrando muchos problemas con la garganta. Yo entre muchos bien podríamos presagiar que el final de la banda, no andaría muy lejos. Pero como un ave fenix. Coverdale, a agarrado el micro, a su banda, la cual vuelve a estar retocada, y a unas cuantas ideas para grabar un álbum de excelente calidad. Si, para los más puristas del sonido Whitesnake, seguirán quedándose desangelados, pero el blues que emanaba en la primera época. Ya quedo atrás unas cuantas décadas, y para bien o para mal, Coverdale a sabido dar un nuevo toque o enfoque a los discos que ha llevado a un estudio a grabar.
Más técnico, más duro, y como no. Con unas cuantas baladas, que no perderán el sabor inconfundible a la voz de David Coverdale. Y es que Forevermore, es un disco que como, se pronuncia. Es para siempre
Nota.- 9/10
Revista Música
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