A lo largo de los tiempos han existido millones de personas cuya pasión es cantar. Y unas cuantas de ellas han conseguido llegar a transmitir muchas sensaciones a un público que se han ido creando a lo largo de sus carreras. Sin embargo, pocas son las que han sido mundialmente conocidas, y muchas menos las que podían presumir de tener una voz asombrosamente auténtica e inigualable. Y de todas esos millones de personas, solo una ha conseguido ser la que más discos ha vendido en todo el mundo (con la escalofriante cifra de más de 200 millones de álbumes) y la que más tiempo ha estado en el puesto número 1 de las listas de éxitos en más de 32 países. Ella, conocida en gran parte del mundo como “La voz”, fue Whitney Elizabeth Houston, mundialmente conocida como Whitney Houston.
Tras haber dirigido otros proyectos documentales como “El Goliat de Chaplin”, “La vida en un día” o “Marley”, el director británico Kevin McDonald ha decidido plasmar en una película la exitosa aunque difícil vida de Whitney Houston, habiendo obtenido previamente el consentimiento de sus familiares (y no como ocurrió con otro reciente documental “Whitney: Can I be me”). De esta manera, relata de forma cronológica, y a través de preguntas que él mismo hace a los entrevistados, cómo Whitney ha ido formándose como artista hasta llegar a convertirse en la artista número 1 en todo el mundo y su posterior fallecimiento.
En la primera hora nos relata su adolescencia, en la que a pesar de ser rechazada por sus compañeros de clase por el hecho de tener el color de piel “menos negro” que ellos, dedicó todo su tiempo libre a formarse como cantante con la ayuda de su madre. Además, no había día que no pasara mucho tiempo con sus dos hermanos. Poco a poco, Whitney comenzó a tener oportunidades para mostrar su talento vocal en ciertos programas de televisión y pequeños conciertos hasta, finalmente, ser fichada por una discográfica para así sacar sus propios discos y llegar a un gran público.
Aunque en un primer momento muchos de sus fans se indignaron con ella con el motivo de que había cambiado su estilo góspel inicial para adoptar uno más pop, acorde con la actual industria, bastó verla cantando el himno nacional estadounidense en la Super Bowl de 1991 para que volvieran a recuperar su admiración. Entre otras muchas revelaciones, en la segunda hora del documental la historia da un giro para convertirse en un metraje más íntimo y algo oscuro, en el que se centran sobre todo en muchos de los problemas que acarreaban a la artista, como su adicción a las drogas, la problemática relación con su esposo. Bobby Brown y su hija que compartían, ciertas sospechas de que era lesbiana… incluso la teoría afirmada por ella misma de que fue abusada sexualmente por su prima Dee Dee Marwick.
Siguiendo esta cronología, el documental posee partes actuales donde los entrevistados relatan los acontecimientos y otras en las que vemos imágenes de archivo tanto de la propia Whitney como de acontecimientos históricos que se producían mientras ella alcanzaba el éxito, representando así el paso del tiempo en la cinta. Los principales protagonistas de estas entrevistas son su madre Emmily Cissy Houston, sus hermanos Gary y Michael, y su exmarido Bobby Brown. Pero también tienen mucha relevancia otras personas cercanas a Whitney, como una gran amiga de la familia (Ellen White), su asistente personal de toda la vida (Mary Jones) y algunos profesionales de la industria discográfica.
Entre otras muchas confesiones, Kevin McDonald nos descubre que gran parte de la culpa de que Whitney llegara adonde llegó fue de su madre, quien a pesar de ser dura con ella le adoctrinó para aprovechar su talento vocal, empezando en el coro de la iglesia de Newark. Más adelante, con su inmersión en el cine protagonizando junto con Kevin Costner la película “El guardaespaldas”, su tema “I will always love you” se convirtió en un exitazo histórico convirtiéndose en el sencillo más vendido por una artista femenina en la historia de la música. Pocos años más tarde, en 2001, firmó el contrato con el salario más alto de la historia, por 100 millones de dólares. Sin embargo, uno de sus grandes problemas familiares llegó justo en ese momento, cuando su padre le reclamó esa cantidad de dinero con la excusa de que él había sido quien consiguió que su hija firmara ese contrato. Y muchas más revelaciones como estas hacen que el documental “Whitney” obtenga un continuo interés. Eso sí, esto no impide que la segunda hora se haga más pesada.
En definitiva, con “Whitney”, Kevin McDonald no solo reluce el lado trágico de la vida de esta gran artista, sino que también resalta el talento único de Whitney, quien a pesar de haber tenido el final más indeseado, nunca perderá el cariño y la admiración de todos quienes han disfrutado (y siguen haciéndolo) de su talento musical. Por ello, el documental se cierra con una frase muy bien elegida: “There is one clear thing: we will never forget Whitney”. (hay una cosa clara; nunca olvidaremos a Whitney)
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- ##check## Lo bueno
- Es un documental muy bien estructurado y con unas confesiones muy naturales e incluso a veces espontáneas.
Se centra tanto en sus éxitos como en sus desencuentros, por lo que da sensación de ser fiel a la vida de la artista. - ##times## Lo malo
- En la segunda parte se pierde mucho el interés debido a hechos que resultan muy repetitivos.
Aunque sea de esperar… para quien no le interese lo más mínimo la vida de la artista, posiblemente resulte un documental muy aburrid0.
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- Puntuación Total 7 / 10
Trailer:Fuente Imágenes: Vértigo Films
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