Título: Who I Am
Autor: Pete Townshend
Género: Memorias
Editorial: Malpaso Ediciones, S.L.
Traducción: Miguel Izquierdo
ISBN: 978-84-15996-32-3
Páginas: 563
Precio: 24,00 €
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Sinopsis: El legendario guitarrista y compositor Pete Townshend (Londres, 1945) encabezó, como es notorio, una de las bandas más decisivas y corrosivas del siglo XX. Desde muy niño vivió marcado por la música, pero la vida que en este libro se cuenta desborda con creces todas las partituras. El alcohol y la cocaína lo han llevado al borde de la tumba; el ácido lo ha transportado a remotas estratosferas; una célebre cadena de hoteles le cierra sus puertas por temor a sus vandálicas intervenciones decorativas; ha protagonizado dudosos escándalos más o menos sexuales de cuyos clavos no logra desprenderse y pone su incansable dinero al servicio de las muchas causas que considera justas. Por otra parte, es uno de los roqueros más cultos de la historia y tal vez el más obstinado con la letra impresa: ya quería publicar sus memorias a los veintiún años (material no le faltaba pese a tan corta edad), pero finalmente ha reprimido ese deseo hasta la sabiduría de los sesenta y siete.
La llegada de Pete es anunciada entre gritos de ¡es un niño!, mientras su padre sigue tocando el saxofón.
Él mismo se define como “un niño de la guerra” aunque nunca la haya vivido, ¿por qué?; pues porque, según él, nacer dos semanas después del Día de la Victoria en Europa y cuatro meses antes de que Japón fuese derrotado y con ello se pusiese fin a la II Guerra Mundial, te da el status de niño de la guerra, sin más.
Memorias personalísimas estas. En ellas Pete Townshed nos desgrana su trayectoria musical, desde sus inicios, donde su padre se negaba a atender a sus dotes musicales, pasando por los “The Detours”, o hacernos saber de dónde sale su famoso y rocambolesco “molinillo”.
A medida que avanza la lectura, y contra todo pronóstico, diferenciamos claramente dos tipos de Townshend. El primero roquero, transgresor, estudiante de arte, experimental, innovador; y el segundo responsable, creador, preocupado por el legado de “The Who” y por el futuro de su música para él y los suyos. No obstante, empezó a ganar dinero con sus primeras composiciones, “I can´t explain” o “My generation”, mientras el resto del grupo compatibilizaba bolos y trabajos precarios y él aparcaba un Lincoln Mark II bajo la ventana.
El guitarrista se nos revela como un hombre angustiado por las cuestiones legales que atañen al grupo y siempre preocupado o huyendo de acuerdos abusivos por management. Podemos, a través de estas vivencias no tan al uso, conocer qué ocurre detrás del escenario y en qué han de ocupar su mente los músicos con éxito, además de disfrutar del mismo.
Es este un buen libro para hacer un recorrido musical por el rock inglés de la mano de uno de sus artífices. A una le dan ganas de desempolvar viejos vinilos a cada mención que el autor hace de esta o aquella canción, tanto propia como extraña.
Por descontado y como ocurre en todo tomo de memorias que se precie, encontramos episodios referidos a sexo, drogas y algún que otro asunto escabroso del que el inglés fue protagonista, que él mismo aprovecha para aclarar, justificar o lo que ustedes quieran pensar, a su criterio queda, luego de la lectura. El morbo está asegurado.