-“hola, buenos días,…”-//-¿qué tal?-//-“mire, me duele mucho la garganta, me da algo que me calme?-//-“¿tiene usted fiebre?”-//-“no, no, pero yo ya me conozco y, cuando estoy así, es que me voy a poner enferma, y es que viene el fin de semana y no me quiero poner mala, ¿entiendes?…”-//-“no tiene usted tos ni…”-//-“¡que no, que me duele la garganta!”-//-“bueno, le voy a dar un paracetamol o un…”-//-“ya, es que a mí lo que mejor me viene es el clamoxyl, ¿sabes?”-//-“mire, señorita, el clamoxyl, como usted dice, es un antibiótico y yo no sé si usted tiene una infección o si es de origen bacteriano o vírico y no tiene fiebre, ¿ha ido usted al médico?”- En cuanto la titular oyó la palabra mágica, apareció: -“hola, mi niña, ¿de cuánto lo querías?”- Bueno, yo ya sobro. No sé, quizás sea demasiado serio.
-“hola majo, ¿qué tal?”- de qué me suena-“mira, se me han acabado las pastillas, y yo, necesito mis pastillas…”- yo la he visto en alguna parte-“…es que no voy a poder ir al médico esta mañana y quiero que me las des ahora porque tengo una ansiedad…”-¡ah! en el bar, esta mañana, conté tres chupitos de Whisky mientras yo tomaba el café-“mira, majo, son éstas…”-arrastró el papel por el mostrador-//“ Ya. Señora, ¿usted sabe que para este medicamento necesita…? (…)”-//entré de nuevo en la rebotica y me puse a sellar recetas-“¿qué te ocurre que estás tan serio?”-//-“nada, hay un señora que pregunta por ti”-.