Imaginemos lo siguiente. Un grupo de profesionales tienen una idea sobre una aplicación que podría resultarles útil para su trabajo diario. Lo plantean a quien corresponde y, ¿qué ocurre? En el peor de los casos pueden obtener un NO como respuesta y, en el fondo, puede ser lo mejor que les ocurra, ¿por qué? Pues para evitar la otra opción: “Hazme un informe al respecto que lo estudiaremos“, empezando así el juego del “ahora sí, ahora no” que, en la práctica, se convertirá en un NO, pero con gran pérdida de tiempo para todos.
Pero como cuando hay una necesidad, la solución a esta termina surgiendo a pesar de los NOistas, ¿qué terminará ocurriendo? Pues que el servicio hará lo que pueda: en el mejor de los casos, una aplicación en condiciones, porque cuenten con (o contraten a) un informático. En la mayoría de los casos: un Access o, o peor aún, un Excel que estará en el PC del servicio, aislado de todo, sin integración con otras aplicaciones, posiblemente sin copias de seguridad… ¡un desastre, vamos!
¿Existe otra posibilidad? Pues sí, eliminar a los NOistas y trabajar con profesionales y ciudadanos (sí, sí, con los ciudadanos también) para ayudarles a crear las aplicaciones que necesitan y que estas estén bien integradas con el ecosistema de aplicaciones de nuestras instituciones.
A este respecto os animo a que leáis un par de artículos de JMIR:
- Wikibuild: una nueva aplicación para apoyar la involucración de pacientes y profesionales de la salud en el desarrollo de herramientas para el apoyo a pacientes. Traducido por Google.
- Wikibuild: un nuevo proceso de colaboración ’online‘ para el consenso y desarrollo de herramientas. Traducido por Google.
Otro mundo es posible