Revista Comunicación
No sabemos cuánto puede durar el festín de fuentes de primera mano que nos está proporcionando WikiLeaks, pero sin duda pasará a la Historia como una verdadera revolución de nuestro tiempo, como una oportunidad única de conocer el trasfondo de las máscaras oficiales en la era de Internet. A ver cuando salen los chanchullos de los bancos, de los bancos con los políticos, que esa sí que es la madre de todas las corruptelas, apaños y tapujos. Esto es democracia de la buena, los ciudadanos conociendo de primera mano toda la basura que esconden nuestros políticos tras sus telediarios. Y gracias a El País, al que nunca podremos agradecer lo suficiente los españolitos por todo lo que ha hecho y sigue haciendo por conectarnos con la civilización, en un país tan apegado a la incultura y la barbarie, con la caverna siempre acechando, deseosa de devolvernos a la Prehistoria.