Hablábamos en el último post del revulsivo de Wikileaks en los últimos tiempos, un portal de periodismo alternativo en el que tenían cabida artículos que la prensa tradicional y servilista nunca se atrevería a publicar. Se han hecho famosos muchos de los topsecrets del pentágono en la guerra de Irak, y se descubrió el poco aprecio que la Casa Blanca sentía por ZP debido a su poco carisma, y como Sarkozy tampoco caía bien por todo lo contrario.
Pero si Wikileaks se ha convertido en un referente de la sociedad de la información y de la generación 2.0, no podemos olvidar que por encima de todo vivimos en una sociedad tangible, donde el poder y el dinero están por encima del ideal del conocimiento libre y la utopía de la libertad de expresión. Y para demostrarlo, la Interpol ha puesto en busca y captura a Julian Assange, a petición de la policía sueca. El fundador de Wikileaks se ha entregado en una comisaría de Londres, quien se plantea si atender o no a la orden de extradición.
Si la web 2.0 potencia una sociedad más justa, más transparente, las instituciones gubernamentales tradicionalistas se esfuerzan en bloquear y boicotear este nuevo paradigma social que marcará el devenir de la humanidad en los próximos años.
alfonsovazquez.comciberantropólogo