En enero de 2013, Wilko fue diagnosticado con un cáncer de páncreas y contaba con solo unos meses de vida. El guitarrista, que se encontraba en un buen momento en su carrera tras el aclamado documental 'Oil City Confidential', decidió aprovechar al máximo el tiempo que le quedaba. Tras finalizar su último tour mundial, Daltrey, cantante de The Who, estuvo encantado de saber que Wilko, milagrosamente, estaba lo suficientemente bien todavía como para llevar a cabo su sueño de grabar juntos.
