Revista Opinión

Willy Meyer paga su error. No todos los partidos son iguales

Publicado el 25 junio 2014 por Rgalmazan @RGAlmazan

Pues sí. Hay quien dice que todos los partidos son iguales. Que todos tienen actitudes indefendibles, que mantienen entre sus filas a gente sospechosa o incluso imputados de armas tomar. Pero no, no todos son iguales. Basta ver cómo reacciona cada organización ante casos de dudosa reputación.

Es verdad que, así lo ha reconocido Willy Meyer, que el Parlamento Europeo tenía contratado para muchos europarlamentarios un fondo de pensiones en una Sicav en Luxemburgo, pero que él desconocía cómo se gestionaba.

No sé si es verdad eso de que no sabía lo de la Sicav, además en un virtual paraíso fiscal como es Luxemburgo de lo que no cabe la menor duda es de que el fondo (que se componía de sus aportaciones más las que hacía en su nombre el Parlamento Europeo: de cada dos euros, uno más a cuenta de la Institución) tenían una imposición mínima. O sea pagaban el 0,01% de impuestos.

En fin, en los tiempos que vivimos, como mínimo es lamentable pensar que políticos que cobran, como mínimo, 6.000 euros mensuales más dietas, tengan además estos privilegios a costa del erario público, el que pagamos todos los europeos, y que además no se pregunten por qué esa mínima cantidad de impuestos.

Willy Meyer

Es dudoso que esto no lo supieran los europarlamentarios, pero aunque así fuera, habría que acusarles de negligencia y de ignorancia, de aprovecharse de esos privilegios, mientras los ciudadanos europeos, sobre todo los del sur, soportan la que está cayendo.

Por todo eso me parece muy bien la reacción de Meyer: la dimisión. Dicen que si ha sido forzado por su propio partido. Posiblemente. Este humilde militante, antes de saber de su dimisión también la había pedido por twitter. Porque es una obligación moral. No se puede defender desde la tribuna unos principios que luego no cumples. Bienvenida esta dimisión.

De los otros europarlamentarios poco sé. Me gustaría tener la lista, pero ha salido en Infolibre que también están implicados Cañete y Elena Valenciano y que lo estuvo Rosa Díez cuando fue europarlamentaria.

Que yo sepa el único que ha dimitido (de su cargo en Europa y de su cargo en el IU, era Secretario de Política Internacional) es Willy Meyer, de los demás no me consta. Y parece necesario decir, aunque sea notorio, que no todos los partidos son iguales.

En el caso de Cañete, tengo poco que decir, es lo que es, un pepero de pro y como tal, un político que está de acuerdo con las SICAV, y cuyo partido no hace nada para combatir los paraísos fiscales, por lo tanto, no es raro que lo vea normal y no sólo no dimita, sino que se aproveche de otro privilegio más y tan contento.

De Elena Valenciano, qué decir. Una mujer socialista, que todavía no ha dicho ni mu –que yo sepa—, seguro que está jugando a lo que suele jugar el PSOE, o sea a la indefinición más absoluta. Dirá que ella no sabía nada y que no encuentra motivos para dimitir por algo que desconocía. Y tan tranquila, esa será su hoja de ruta, y a esperar que escampe.

Rosa Díez, ya saben. Es una mujer inteligente, capaz de defender lo que sea y lo hará de forma populista, como siempre, dirá lo que la gente quiere escuchar. Algo así como que de eso hace ya muchos años y que en aquel momento no se sabía nada, pero que en este momento ella no lo habría contratado.

En fin, esto es lo que hay. Ya sé que hay gente que dice que todos son iguales. Pero, no es así, aquí sólo ha dimitido uno y, al menos, deberíamos agradecer que un político que se ha equivocado, lo reconozca y renuncie. Que ya está bien la broma.

Salud y República. 

P.D. ¿Y qué me dicen de la Unión Europea que es capaz de ofrecer un fondo de pensiones complementario con esos orígenes? Luego dirán que hay que confiar en Europa, luego lamentarán que hay muchos euroescépticos, pero claro que se puede pensar de una institución capaz de ofrecer estos planes de pensiones, y aún va más lejos: piensa elegir como presidente de la Comisión Europea a quien ha sido primer ministro, varias veces, de Luxemburgo, un país que está considerado como un paraíso fiscal. Es más, ¿cómo es posible que la Unión Europea consienta que entre sus miembros haya uno que juega con ventaja y actúa como país ilegítimo y parásito financiero de los demás?


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