Los seguidores de Wim Mertens saben bien que, a pesar de su incesante producción de material nuevo, el artista belga no tiene mucha prisa en publicarlo en forma de disco. Él mismo comentaba en alguna entrevista en los noventa que solía haber un desfase importante de alrededor de cinco años entre la composición de una nueva obra y su lanzamiento en CD, incidiendo en lo extraño que le resultaba la mayoría de las veces el hablar de obras que para él quedaban ya muy atrás, especialmente cuando durante ese intervalo, él había seguido escribiendo y tocando en directo nuevas piezas.
El disco del que vamos a hablar hoy cumple ese requisito con creces ya que se trata de una grabación de 2023 de una obra estrenada en 2014. “Voice of the Living” nace como un encargo del gobierno belga para conmemorar el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial. Para la ocasión, se celebraría un concierto en la Catedral de San Martín en la localidad de Ypres, localidad que dio nombre a uno de los primeros combates de la conocida como Batalla de Flandes en la que fallecieron alrededor de 200.000 soldados de ambos bandos. Unos meses antes del estreno de la obra comenzó a emitirse en la cadena HBO la serie “Leftovers”. El argumento de la misma era aterrador: el 2% de la población mundial desaparecía de repente sin dejar rastro. La serie, y a eso hace referencia el título, se centraba en las vidas de los que siguieron aquí. No sabemos si por influencia de la ficción televisiva pero lo cierto es que el punto de vista que Mertens quiso adoptar para su obra no era el de la víctimas sino el de los supervivientes y de ahí el título: “la voz de los vivos”. El trabajo lleva el subtítulo de “War Requiem” en referencia a la obra del mismo nombre de Benjamin Britten que fue compuesta con ocasión de la consagración de la nueva Catedral de Coventry, construida junto a los restos de la antigua catedral gótica de la ciudad, semi-destruída en la Segunda Guerra Mundial.
En todo caso, la obra de Mertens no adapta el texto latino de la misa de réquiem sino que es una disco de canciones interpretadas por el músico en su particular estilo con algún tema instrumental. En las entrevistas ofrecidas por el artista, habla de la relación de todos los temas del disco con alguno de los cuatro elementos clásicos (tierra, aire, agua y fuego) y su particular equivalencia con el campo de batalla (trincheras, lluvia, aviación y explosiones). Para la grabación, el músico reúne una versión amplia de su “Ensemble” dividida en distintos grupos: cinco instrumentistas de viento-madera entre los que destaca el clarinete de Dirk Descheemaeker, cuatro “metales” con los habituales Ward Hoornaert a la trompeta o Geert de Vos al trombón, un cuarteto de cuerda y un último grupo menos ortodoxo formado por arpa, guitarras, percusión y piano, del que se encarga el propio Mertens como ha hecho desde el inicio de su carrera.
“Too Good, Too Loose” - El disco comienza con una preciosa pieza de piano en la que las cuerdas y el clarinete tienen un papel muy importante. Más centrada en la melodía que en los ritmos, es una de las melodías más inspiradas del compositor belga en los últimos años, con un lirismo que recuerda a sus mejores épocas.
“Glossary Raisonné” - A diferencia del corte inicial, la mayoría de los temas del disco tienen una duración más bien larga, entre los cinco y los diez minutos. Eso ocurre en esta canción (la llamamos así porque la voz de Mertens es protagonista) llena de luz y vitalidad. Con reminiscencias de discos imprescindibles como “Shot and Echo” nos muestra una versión del músico muy próxima a la que nos ofrecía en los años noventa. Desde el punto de vista del sonido, la sorpresa viene por el uso de la guitarra eléctrica en un par de momentos de la segunda parte como medio para construir un fondo con más tensión de la habitual.
“Escape and Recapture” - Un sencillo tema de piano abre el siguiente tema entrando enseguida en animado diálogo con las cuerdas y la propia voz del músico. Una maravilla heredera directa de aquella obra maestra que fue “Integer Valor”. Las cuerdas aportan un ritmo lleno de energía para que la trompeta reclame su cuota de protagonismo en lo melódico. El tramo central, con el piano, los vientos y la percusión trabajando casi al unísono es de una intensidad tremenda y desemboca en una recapitulación del motivo inicial magníficamente construida.
“Angles and Dangles” - Continuando con el altísimo nivel del disco, tenemos esta nueva pieza en la que destaca la melodía repetitiva que aparece tras la introducción, sostenida por el piano y las maderas. Con todos los ingredientes de las piezas más hipnóticas de los mejores años de Mertens, incluyendo su particular forma de cantar. A estas alturas, el disco ya apunta a ser uno de los mejores de su autor en muchos años.
“Pondichéry” - Tras una extraña introducción, en la línea de sus trabajos más experimentales como podría ser “Alle Dinghe”, entramos en un tema lento con mucho peso de las cuerdas que sostienen toda la estructura mientras el piano garabatea esbozos de melodía aquí y allá. Todo al servicio de la voz de Mertens que canta uno de los temas más melancólicos del trabajo. El final, con la entrada de la percusión, es una larga coda que queda suspendida en una prolongada nota de las cuerdas.
“On the Zephyrous Peak” - El siguiente tema tiene una estructura compleja en la que las melodías tardan en aparecer y, cuando lo hacen, no son tan cristalinas como las de la primera parte del disco. Sin embargo, es el típico tema que gana mucho con cada escucha, precisamente porque no todo se hace evidente desde el principio y los detalles van descubriéndose poco a poco.
“The Mores of the Time” - Mucho más directa es esta composición centrada en una base muy repetitiva en la que vuelve a aparecer, muy en segundo plano, la guitarra eléctrica. Con más énfasis en el ritmo que en la melodía, tiene más puntos en común con los trabajos del artista en la última década que con los anteriores. En todo caso, funciona muy bien y no desentona para nada dentro del conjunto, especialmente con el final marcial a cargo de la percusión.
“Overlapping Neighbourhoods” - En contraste con el mismo, llega esta delicada pieza que nos ofrecen el arpa, las cuerdas y el piano que dibuja una preciosa melodía con notas que se repiten dos a dos. Es el Mertens más emotivo y con un punto de inocencia (ese metrónomo o los silbidos del final) propio de trabajos como “Receptacle” o “Series of Ands” que nos gusta más en raciones pequeñas como aparece presentado aquí.
“Continuous Pushforwards” - Llegamos así al corte más largo del disco introducido por un alegre piano que juguetea con un violín “vivaldiano”. A la fiesta se van sumando el resto de instrumentos para desembocar rápidamente en una de las piezas más divertidas y vitalistas de todo el disco. Un auténtico disfrute en el que cada melodía sucede a la anterior mejorándola continuamente. Otro de los grandes momentos del disco y del Mertens reciente.
“Nota Notae” - Concluye la obra con otra maravilla que podría pasar por una adaptación para grupo y voz de cualquiera de los temas de piano de un disco como “Der Heisse Brei”, otro de los grandes discos de Mertens. Con el equilibrio justo entre la melancolía y la esperanza, este tema nos regala una melodía extraordinaria de esas que el pianista nos regala con sorprendente facilidad año tras año. Un broche de oro para uno de sus mejores discos, y sabemos que nos estamos poniendo muy reiterativos con esto, en mucho tiempo.
Como se desprende de los comentarios a cada tema, la música contenida en “Voice of the Living” no tiene las características que uno esperaría en un réquiem o en una obra escrita para conmemorar una batalla pero esa es parte del enfoque que Mertens quiso darle cuando centró su obra en los supervivientes en lugar de en las víctimas. El artista huye de los tonos fúnebres permitiéndose pocos momentos tristes concediendo, si acaso, un cierto espacio a la melancolía pero en su mayor parte esta es una obra alegre y vital, en la que encontramos a un Mertens fresco e inspirado en uno de sus picos de creatividad. Una sorpresa en un artista que siempre mantiene un excelente nivel medio pero que llevaba tiempo sin presentarnos discos tan interesantes de principio a fin. Sin duda, uno de los mejores trabajos del año pasado a cargo de todo un veterano.