
Taylor Sheridan, el guionista de Comancheria y Sicario presenta su debut como director con Wind River, un thriller criminal que, quizás, no sea la mejor película dentro del género del thriller policiaco o investigación criminal, pero es altamente resolutiva y está muy por encima de la media habitual. Como punto de partida, la película utiliza un crimen que recuerda al hallazgo de Laura Palmer en la serie Twin Peaks, pero en condiciones más gélidas.

con una película que funciona a modo de denuncia entre las desapariciones de las mujeres nativo-americanas. Wind River es un western invernal con una investigación criminal como historia principal y de ciertas influencias a Fargo, ya no solo en el aspecto visual, también en el tipo de propuesta. Salvando distancias argumentales, claro.
Si bien, la obra de los Coen se diferencia tanto en la parte argumental como en el tono cómico, un tono del que Wind River no hace gala en ningún instante. Tal como se desarrolla la historia, sumida en la tragedia, me recuerda más a la película Insomnio de Christopher Nolan, o las series de Twin Peaks de David Lynch y True Detective de Cary Fukunaga, dicha comparación también viene dada por la puesta en escena.
Una agente del FBI se alía con un veterano rastreador local para investigar un asesinato ocurrido en una reserva de nativos americanos.

En el reparto, sin menospreciar la labor de los actores secundarios, podemos destacar a Jeremy Renner (La llegada) que prevalece y lleva la voz cantante en la película. El actor se pone en la piel de Cory Lambert, un rastreador/cazador que tiene su propia historia con un pasado típico y que revela de forma precisa y en el momento idóneo dentro de la historia principal.
Elizabeth Olsen, actriz que ha trabajado ya junto a Renner en Capitán América: Civil War, se pone en la piel de agente del FBI 'novata' y que necesita la ayuda de Cory, el personaje al que interpreta Renner. Juntos forman una pareja de 'policías' algo típica pero muy efectiva para resolver el caso.

Un thriller amargo que al final deja buen sabor de boca en el espectador, y no voy a decir el porqué ni el cómo, pues no me gusta revelar detalles importantes. Y creo que Wind River es una de esas películas de las que es mejor no conocer detalles. Una de esas gratas sorpresas que suele dar el Festival de Sitges en cada edición. Y este año en el 50 aniversario, lo han bordado programando esta película, que en mi parrilla era opcional entre todas mis preferencias, pero que me alegro de haber incluido finalmente en la lista de visionados.

