Antes del lanzamiento de Windows 7, Microsoft se centró en conseguir una experiencia de configuración más estable en la que los usuarios sufriesen menos errores. Con Windows 8, según han explicado, quieren seguir este camino, pero consiguiendo también que el proceso sea más rápido y sencillo. Por lo tanto, podrá realizarse en apenas 11 pasos. La compañía de Redmond está completamente volcada en Windows 8 y ha tomado esta decisión tras realizar una serie de encuestas con las que descubrió que uno de los principales motivos por los que los usuarios no actualizan sus sistemas operativos es la dificultad del proceso.
Desde Microsoft aseguran haber aumentado sus esfuerzos para conseguir una mayor compatibilidad con equipos más antiguos. Actualmente hay más de 450 millones de ordenadores con Windows 7 que podrían utilizar Windows 8, además de varios dispositivos con Vista e, incluso, XP.
Pero, por otro lado, en Microsoft tampoco quieren olvidarse de aquellos usuarios que quieren configuraciones más complejas o, incluso, un control total de sus dispositivos. Por ello, tuvieron que lograr una configuración sencilla y rápida, pero que permita acceder a un gran número de opciones.
Uno de los pasos que se ha dado en este sentido ha sido una mejora de la compatibilidad con versiones anteriores de Windows. Según explica la compañía, este proceso ha pasado de ser algo que necesitaba cuatro asistentes y 60 pantallas a algo que puede solucionarse con 11 clics.
En parte, la reducción se debe a que ahora el sistema operativo sabe cómo es el usuario en función de su configuración anterior. De este modo, no necesita, por ejemplo, preguntar cuál es su idioma y reduce el número de clics en un 82%.