La nueva propuesta de generador eólico a base de tallos, con capacidad de producción similar a la de las turbinas convencionales, ha logrado el segundo premio en la competición Land Art Generator. El concurso busca ideas que combinen arte y energías renovables instalables en la ciudad sostenible de Masdar, en construcción a las afueras de Abu Dhabi. La firma neoyorkina Atelier DNA es la creadora de este proyecto galardonado entre numerosos competidores internacionales.
Sin ruido, sin riesgo para las aves, cada uno de los 1.203 tallos Windstalk instalados en 8.500 m2 tienen un grosor de 30 cm. en la base y disminuye hasta 2 pulgadas en la parte superior. Su altura es de 55 m. y se apoyan sobre una base de hormigón con una anchura entre 10 y 20 m. Estos tallos son de fibra de carbono, están reforzados con resina y en su interior se alternan capas de electrodos y discos de cerámica elaborados con material piezoeléctrico. Es decir, generan corriente cuando están bajo presión. Cuando los agita el viento, e incluso la brisa, los discos se comprimen y se produce la energía.
"La idea surgió al tratar de encontrar modelos cinéticos en la naturaleza que podrían ser aprovechados para producir energía", explica Darío Núñez-Ameni, socio fundador de Atelier DNA. “Según las estimaciones, este parque tiene una capacidad de generación comparable a la de un parque eólico convencional que cubra el mismo área. Nuestro sistema es muy eficiente ya que no hay pérdidas por fricción asociadas a los sistemas mecánicos como las turbinas de viento convencionales", añade.
Cada base es ligeramente diferente. Están en pendiente para que la lluvia se recoja en las áreas entre el hormigón y puedan crecer plantas silvestres. El resultado es una especie de parque público que al tiempo tiene un objetivo tecnológico.
Las bases contienen un generador que convierte la energía cinética del tallo en electricidad utilizando cilindros de amortiguación. Se trata de un sistema similar al que está desarrollando la empresa estadounidense Levant Power para aprovechar la energía. Vimos una aplicación parecida en este post, sobre su uso en amortiguadores para vehículos.
El viento no es constante, pero dos grandes cámaras subterráneas funcionan como una batería de almacenaje energético. La idea se basa en los actuales sistemas hidroeléctricos de acumulación por bombeo. El agua en la cámara alta fluye mediante turbinas hacia la cámara baja y libera la energía almacenada hasta que el viento vuelva a soplar.
En el extremo superior de cada tallo hay una lámpara LED que se ilumina con mayor o menor intensidad dependiendo de la fuerza del viento. La empresa asegura que los tallos ondearán en el aire de manera natural. "Windstalk es completamente silencioso y la imagen asociada con ellos es algo que ya estamos acostumbrados a ver en un campo de trigo o de cañas. Esperamos que las personas que vivan cerca disfruten caminando por este campo, especialmente de noche, bajo su propio cielo privado cuajado de estrellas", apunta Núñez-Ameni.
Otra ventaja del Windstalk es que la producción se puede incrementar mediante una matriz de mayor densidad de tallos. Algo que no es posible con las turbinas convencionales porque requieren una separación de alrededor tres veces el diámetro del rotor con el fin de evitar la turbulencia del aire. Por el contrario, Windstalk funciona en medio de la turbulencia, por lo que los tallos se pueden instalar mucho más cerca.
Atelier DNA ya está trabajando en el proyecto de llevar el Windstalk bajo el agua. Se llama Wavestalk y busca aprovechar la energía de las corrientes marinas y las olas. A largo plazo, la empresa espera construir un gran sistema en los Estados Unidos, ya sea en tierra o en el agua.
Fuentes: Ecoticias , Land art generator , Inhabitat, Atelier DNA