Revista Viajes
Regresé a Winnipeg luego de varios años. Conocí la capital de la Provincia de Manitoba en 2013, en un viaje relámpago. Ahora volví para descubrir que es una ciudad con un museo INCREIBLE, arquitectura interesante y sabores que fascinan.
En 2013 cuando visité Winnipeg por primera vez y tuve la oportunidad de conocer el Canadian Museum for Human Rights, que entonces estaba aún en construcción. Contaban que sería único y fascinante, pues ahora que lo he visitado terminado creo que en aquél entonces se quedaron cortos con la descripción. Sin duda alguna se ha convertido en uno de mis museos favoritos en el mundo. Hay otros museos en la ciudad y yo me decidí por hace una visita al Museo de Manitoba, que es bastante didáctico y entretenido.
Además, recorrí Design Quarter y el Exchange District, que comparten territorio en el centro de Winnipeg, pero con temas muy distintos. El primero está dedicado, cómo su nombre lo dice, a resaltar el diseño, desde el de interiores hasta el que se presenta en piezas de joyería, textiles, pieles, cerámica y más. Mientras que el segundo es el nombre oficial del lugar y vale la pena recorrerlo por su riqueza arquitectónica.
Un poco más alejados del centro, están el barrio St. Boniface, con sus raíces francesas; y Upper Fort Garry, donde se ha hecho una combinación bastante arriesgada e interesante de lo antiguo con lo moderno.
Y si de lugares familiares hablamos, entonces les contaré que visité Assiniboine Park, para el que sin duda me habría gustado tener más tiempo para conocer su zoológico, del que me cuentan es maravilloso. Sus jardines y espacios familiares son bastante bonitos.
También volví a The Forks, donde está uno de los mercados que más me gustan en Canadá. En esta ocasión pude probar más de la comida que se prepara ahí y créanme que no le pide nada a los mejores restaurantes, pero claro que por tratarse de un mercado los precios son considerablemente menores.
Afortunadamente, en este viaje conocí mejor la ciudad y hasta tiempo tuve para el relax y visité el Thermea by Nordik Spa-Nature. Un spa de esos donde hace falta valor para pasar del agua caliente a la helada, pero que al salir te sientes verdaderamente relajado.
Y si de sabores hablamos, vaya que me encantó la propuesta gastronómica de la ciudad. Desde los establecimientos más pequeños, hasta los restaurantes de mayor renombre.
Por si todo eso fuera poco, estuve en un recorrido lleno de misterio: Hermetic Code Tour of the Manitoba Legislative Building. Porque resulta que ese edificio fue construido a modo de un templo masónico, pero nadie lo notó por más de 100 años, entonces... ok, luego les platico a detalle en un post.
Mi hospedaje fue Mere Hotel, en pleno centro y excelente como para ir caminando a muchos sitios interesantes.
De todo esto les iré contando poco a poco a partir de hoy, para que se animen a incluir Winnipeg en su próxima ruta por Canadá, porque además de ser una ciudad poco explorada por los turistas mexicanos, tiene mucho qué ofrecer y a un mejor precio que otros lugares que gozan de mucha popularidad.
Más información: www.tourismwinnipeg.com