Edgar visto por Edgar.Todas las imágenes han sido proporcionadas por el autor y usadas con su permiso.
Igual que siempre os hemos adelantado esta entrevista un par de días antes, por ir creando tensión, así que sin más dilación os dejo con Edgar Cantero y sus palabras.
Doc Pastor: La primera pregunta es ¿Cómo te presentarías a tí mismo?
Edgar Cantero: Pues es un señor de treinta añacos ya, soltero, de Barcelona, que escribe y dibuja cosas.
Doc Pastor: ¿Y es la misma persona la que trabaja en “El Jueves” que la que sale después a la calle?
Edgar Cantero: No, es bastante menos entrañable y simpático el que sale a la calle. Pero compartimos ingenuidad, actitudes infantiles, tendencia a abrir mucho la boca...
Edgar Cantero: Llegué a la redacción de “El Jueves” en septiembre de 2007, como guionista de proyectos audiovisuales. Ahí estaba ya Xavi Morató, el personaje-frontón de “Edgar trabaja en El Jueves” (y que es mucho más carismático en la vida real).
Mis jefes eran Maikel y J.L. Martín. Además, cada semana Albert Monteys nos convocaba a Xavi y a mí para aportar ideas a la revista. Yo proponía historietas enteras, abocetadas. Al principio las dibujaban Gras o Leandro, hasta que, a base de entregar bocetos muy currados, Monteys dijo: “Bueno, va, dibújalo tú.”
Edgar y Xavi Morató, vistos por Edgar.
Doc Pastor: La pequeña tira de “Edgar trabaja en El Jueves!” comenzó siendo discreta y poco a poco ha ido logrando un mayor aprecio entre los fans. ¿Qué sensación te produce?
Edgar Cantero: Muy positiva. “Edgar trabaja en El Jueves!” empezó en la “página de tiras”, que era una especie de campo de pruebas para nuevos autores y series, y fue la primera en convertirse en fija. No sé muy bien por qué. Quizá creíamos que gustaba porque dejaba ver interioridades de la redacción. Ahora creo más bien que gusta porque lo que vive Edgar no es muy distinto de lo que vive cualquiera en su trabajo.
Pero, la verdad, esas hipótesis me importan poco. Luego leo a fans hablando de Josswhedon, el perro guionista, como si fuera amigo de toda la vida, y eso que apenas ha salido en veinte tiras; y ¿quién necesita explicarse eso? ¡Yo no!
Doc Pastor: ¿Qué parte de verdad y de ficción hay en esas historietas?
Edgar Cantero: Muchísima verdad. J. L. Martín, que es jefazus maximus y hace de villano sumado a señor Chinarro en la tira, me reprocha en la vida real que hable tanto de anécdotas internas que “no interesan a nadie”. Pero la verdad es que a mí me parecen muy buen material, y da igual si son basadas en hechos reales o no.
Al final, la tira habla de un pringadete con mucho entusiasmo y pocas luces, que solo busca pasarlo bien en una empresa que busca ante todo beneficios, como cualquier otra, y que sufre las plagas de la industria moderna: corporativismo, powerpointismo, micromanagement... ¡Pasa en todas partes!
A veces se me ocurren tiras “évil”, o sea, en las que saco algún trapo sucio o me meto con un intocable. Y yo, esto no es algo de lo que sentirse muy orgulloso pero es lo que hay, cuando se me ocurre el chiste, he de hacerlo, a cualquier precio. Dibujo la tira, la paso a mis compañeros, y verles reír es mi principal recompensa.
No es que me la sude el resto del público, de verdad; pero todo lo que hago, incluso las novelas, espara hacer reír a mis amigos. Luego funciona con más gente, supongo, porque no somos tan distintos del resto del mundo; pero yo solo pienso en gente inmediata.
Doc Pastor: ¿Realmente estar en la revista es lo que habías imaginado?
Edgar Cantero: A ver... es una revista. Ha de salir un número cada semana, y eso requiere disciplina. La redacción no puede ser una bacanal. Dicho esto, mi despacho compartido con Morató y la zona web en sus buenos tiempos quizá se aproximaban más a esa idea. El mejor lugar donde he trabajado.
Doc Pastor: ¿Y el estar codo con codo con grandes nombres tales como Kim o J.L Martín?
Edgar Cantero: Eso es genial. Hay que tener en cuenta que por redacción pasan pocos dibujantes; pero, como novato, a la mayoría, conocerlos es amarlos. Y dibujar en “El Jueves” y poder decir “Jordi March, ¿cómo dibujas esta postura?” o “Kim, hazme esta mano, que no me sale” es un lujo.
Doc Pastor: ¿No te sientes, quizá, un poco cohibido al estar codo a codo con ellos?
Edgar Cantero: En cierto modo. Véase una derivada del caso anterior. Si le enseño a Jordi March un dibujo en el que llevo currando horas, lo primero que me dirá es “molt bé!”, y tres segundos después añadirá: “Este escorzo no está bien hecho” o “este brazo es demasiado corto”, o cualquier cosa que me obligará a repetirlo. Garantizado.
Doc Pastor: También aportas guiones en otros espacios, por ejemplo “Gas de la risa”. Exactamente ¿qué haces?
Edgar Cantero: “Gas de la risa” es la nueva página de tiras, otro campo de pruebas. Y como lo dirige Guille Martínez-Vela, que es amigazo, me hizo un hueco. Yo quise experimentar con literatura, formato micro: así salió “Noir”, ficciones brevísimas de género negro. Estuvo divertido, pero me cansé y ahora estoy buscando otra cosa.
Doc Pastor: La recepción de este suplemento ha sido desigual entre los lectores, ¿a qué lo crees debido?
Edgar Cantero: Creo que es lo que esperábamos. Pocas secciones suscitan un aplauso unánime, y “Gas de la risa”, que es muy poco convencional, muy basto y puramente “for the lolz”, no puede gustar al juevero veterano que busca mensaje social y formatos clásicos.
Un ejemplo claro es Jorge Parras, que me parece un verdadero genio, ha salido abucheado de la revista dos veces porque no le comprenden. Mejor dicho, porque no le aceptan. Yo tampoco comprendo por qué es gracioso; no sé explicarlo racionalmente, ni me interesa quien lo explique; pero me hace reír, y me dejo.
Doc Pastor: Actualmente realizas el “En familia” con Monteys. ¿Cómo es la forma de trabajo?
Edgar Cantero: Lo hacemos como se hacen muy pocas páginas entre dos autores, quedamos para dibujarlo juntos.
Seleccionamos las cartas, las distribuimos, empezamos a trabajar simultáneamente, cada uno en su página, y luego nos las cambiamos. Cada semana uno empieza el gag de la entrada y el otro tiene que acabarlo. Todo esto suele llevarnos dos horas (una y media para Monteys, dos y media para mí).
Días después, yo solo, en casa, pego los textos y maqueto las dos páginas. En conjunto es una experiencia muy disfrutable, ya que hablábamos de sentirme cohibido por estar codo a codo con los grandes, imagínate lo que es entintar en el mismo A3 que un señor al que admiras desde los 15 años. He ensuciado pantalones de la emoción haciendo esto.
Mano a mano con Monteys.
Doc Pastor: ¿Te crea algún tipo de presión el saber que eres la persona que pone cara a la revista?
Edgar Cantero: No, porque no creo serlo. Ayudo a Monteys a responder las cartas de los lectores porque... Bueno, no sé muy bien por qué. Supongo que porque él quería dibujarse respondiendo, como hacía en su blog, y necesitaba a otro que también se dibujara a sí mismo.
Pero suele ser Monteys el que habla en nombre de la revista; yo no tengo por qué hacerlo. Soy un empleado, no participo en las decisiones y mis opiniones pueden ser distintas.
Doc Pastor: Igual puedes respondernos a una pregunta: ¿por qué Albert Monteys se dibuja siempre más gordo de lo que es?
Edgar Cantero: Pues no lo sé, porque hace cuatro años que trabajo con él y, la verdad, siempre he sido yo más gordo.
Doc Pastor: ¿Y tú? ¿Realmente te pareces o estás muy caricaturizado?
Edgar Cantero: Ni siquiera caricaturizado ya que una caricatura implica exageración de la realidad. En mi alter ego no hay apenas un atisbo de realidad. Bueno, ese mechoncillo lo llevé durante una época. Pero es que creo que el diseño de Edgar no ha de responder a la realidad, sino a su carácter. Es el pipiolo, el que llega a la revista creyendo que es la fábrica de risas de Willy Wonka. Por eso es pequeño, infantil y gracioso.
Doc Pastor: Además de “El Jueves” tienes también una vertiente literaria, háblanos de esto.
Edgar Cantero: Pues sí, escribo cosas. Es bastante más fácil que dibujarlas. Dibujar lleva muchísimo tiempo y requiere paciencia, falti, talento a raudales, falti, y sobre todo técnica, tres por combo.
Escribir es más inmediato y la técnica requerida es más sencilla; hacerlo bien, incluso correcto, es más fácil que dibujar bien, o correcto. Escribir es el modo easy de la expresión artística, creo.
Doc Pastor: Gracias a “Dormir amb Winona Ryder” ganaste el Premio Joan Crexells de narrativa, ¿cómo definirías a esta obra?
Edgar Cantero: Como mi primera novela decente, y el primer intento en catalán, que es más fácil de publicar.
Cuando trabajaba en ella, en el 2006, mis obsesiones eran la escritura a partir de sueños, la actriz Winona Ryder, de la que estaba y estoy enamorado hasta los tuétanos, y los cuentos de Jorge Luis Borges.
En “Dormir amb Winona Ryder” lo vertí todo. Es la historia de un escritor wanna-be que se convence de que su musa es Winona, y se va a buscarla.
Doc Pastor: ¿Y la obsesión por ella viene?
Edgar Cantero: Hay que tener ídolos; yo tengo un panteón entero y Winona Ryder es la reina. La adoro. Es la persona capaz de hacerme llorar y excitarme a la vez.
Doc Pastor: Recientemente publicaste otra novela, ¿puedes hablarnos de ella?
Edgar Cantero: ¡Me alegra que me hagas esa pregunta! Aquí debería salir la palabra “telepromoción” sobreimpresionada sobre mi cabeza. Se titula Vallvi, y está ambientada en Vallvidrera, un barrio real muy apartado de Barcelona, que en mi universo alternativo es una especie de rave continua, una zona golfa con drogas, guerras de bandas, vecinos burgueses y un asesino en serie, para darle sabor.
La fórmula es la misma que con la que acabamos de comentar, una combinación de lo que ocupa mi cabeza en este momento: la literatura pulp, la generación beat, Barcelona, el movimiento LGBT, la peli Los ríos de color púrpura y la mozuela de pelo corto de turno.
Doc Pastor: ¿Piensas seguir con esta vertiente literaria?
Edgar Cantero: Tengo bastantes más números para seguir con ella que para seguir con el cómic.
Doc Pastor: En el futuro próximo, o más lejano, ¿qué tienes en mente?
Edgar Cantero: Nada. No sé ni qué haré mañana por la mañana.
Doc Pastor: Eso es todo Edgar, muchas gracias por tu tiempo.
Edgar Cantero: Gracias a ti, hasta luego, persona.
Edgar y Óscar Pérezdolz, director de contenidos de eljueves.es