El director estadounidense Woody Allen ha tachado en una entrevista con la BBC de "muy triste para todas las partes involucradas" el escándalo sexual alrededor del productor Harvey Weinstein, a quien acusan de haber acosado a actrices, modelos y empleadas suyas en el transcurso de casi tres décadas.
Allen, quien también fue acusado de abusos sexuales, ha señalado que el escándalo es "trágico para las pobres mujeres que estuvieron involucradas, y triste para Harvey, cuya vida es ahora un desastre". Con ello, el director de Hollywood ha estimado que "no hay ganadores" en esta situación.
No obstante, el cineasta también ha indicado que el escándalo no debería causar "una atmósfera de caza de brujas", en la que "cada hombre en una oficina que hace un guiño a una mujer, de repente tiene que llamar a su abogado para defenderse". Allen ha expresado su esperanza de que el escándalo "pudiese transformarse en un beneficio para las personas".