Apenas pueda voy a correr al cine a ver "Medianoche en París" y traeré la crítica. Mientras tanto, quien diga que Woody no ha sido uno de los tópicos cinematográficos en lo que va del año, vive más desconectado del cine que yo últimamente. Aquí en Argentina se estrenó "You Will Meet a Tall Dark Stranger" a comienzo de año, que yo reseñé brevemente en el post anterior al que ahora escribo; Cannes fue inaugurada con la película que mencionaba más arriba; película que, desde su estreno comercial mundial, ha cosechado excelentes críticas...y aquí también los distribuidores decidieron estrenar "Whatever Works", traduciéndola (creo) como "Que la cosa funcione", pa' ver si la película andaba y la gente la iba a ver. El asunto es que yo particularmente la había visto tiempo atrás, y me gustó mucho. Quería brevemente darles una nueva bienvenida a Los Sospechosos de Siempre! Ya tengo preparada "127 Horas", una "Rareza de la semana" muy especial, los 'apuntes vacacionales' que quedaron pendientes, una suerte de 'multipost' de Tarantino y novedades de blogs para visitar y videos para ver. Mi ausencia no ha sido una total elección.. estuve trabajando en mi música y en otra cantidad de cosas productivas, lo juro.
La crítica de "Whatever Works" (o "Que la cosa funcione"), a continuación
"Whatever Works"
¿Realmente Woody Allen lo entiende todo? ¿Realmente tiene esa captura de la humanidad de la que pocos podemos alardear? Realmente ve "el todo" en su máximo esplendor? No lo sé, porque no sé lo que es "el todo". Lo que sí sé, y aprecio, es que Allen ha intentado una y otra vez entender las cosas (quiero decir el mundo y la gente que lo habita); o al menos, ha intentado decir algo interesante sobre ellas. También sé que siempre lo ha hecho con éxito, y que si "Vicky Cristina Barcelona" (aquí una breve reflexión) no es un buen film es porque allí no es fiel a si mismo. Es una película en la que aparece ante el espectador como un farsante.
Por otro lado, algo como "Que la cosa funcione", entendido en su idioma original como "Whatever Works", es un poco lo opuesto a lo que su título y protagonista profesan. Boris Yelinkoff, un físico alguna vez genial interpretado por Larry David como -por mucho que duela decirlo- el Woody Allen de turno, es un neurótico, un "odio-todo-en-este-mundo horrible" tipo de hombre que se cree un genio. Es el Woody Allen de turno porque, como siempre, es imposible no pensar en la persona de Woody cuando vemos una película en la que no está actuando. Este Boris es el alter ego de Woody y profesa -para ponerlo en pocas palabras- que pase lo que pase, 'lo que sirva' está bien.
Pero esto no se aplica al Woody Allen director/escritor. Trabajando en Londres, las decisiones morales de "El sueño de Cassandra" no funcionaron tan bien; en Barcelona, la escena del beso entre Javier Bardem y Rebecca Hall, con el guitarrista español tocando música romántica en el fondo, fue fácilmente uno de los momentos más cursis en un film decepcionante. Por suerte, lo encontramos de vuelta en New York. Allí, con un aire familiar que se rehusa en dejar atrás un sentimiento musical de ópera que le funcionó muy bien durante esta década; y con actuaciones de un elenco fresco y fluido que -por mucho que duela decirlo- debería haber contado con su presencia, Allen logra una muy buena comedia y se vuelve claro que no es 'lo que sirva'…ESTO es lo que sirve!
Es una muy buena comedia porque no es meramente romántica aunque contiene el romance como elemento principal. Boris, viejo cascarrabias, nos cuenta que intentó suicidarse por amor una vez y no funcionó. Oh, sí! Nos habla a nosotros espectadores en lo que la trama ve como delirios de grandeza, pero sabemos que es Allen quien nos habla, mirando directamente la cámara, como no lo ha hecho en años. No más voces en off o planos plagados de significación; este es Woody apostando a los personajes y Boris es su vehículo para ello. Hay que repetir para aclarar: Boris no es Allen porque no podemos verlo a Woody en pantalla; pero eso no significa que no sintamos su presencia, cuando esta vez juega directamente con la idea de la 'audiencia cinematográfica' en dos momentos cruciales. Alvy Singer era un poco más íntimo; Boris los vuelve a todos parte del cuadro (literalmente, el encuadre cinematográfico).
De todos modos: amor. Comedia. No una comedia romántica pero una película que hace reflexiones cómicas desde el amor. Pero no termina ahí. En "Que la cosa funcione" Allen también hace lugar para comentarios sobre la vida que, por más problemáticos, suenan correctos (digamos "en su justo lugar"). Entonces, por Allen, a través de Boris y desde el amor experimentamos sexo, cultura, prejuicio, racismo, el miedo a la muerte, ciencia, arte y cualquier cosa que se les ocurra. La belleza de esto es que, como Boris es quien nos cuenta el cuento, todos pasan por su visión cuando los vemos por primera vez. Lo cierto es que, para Boris, todo el mundo es estúpido y superficial; pero Allen se abraza a estos estereotipos y los desarrolla por completo. Eso es algo que sólo alguien que entiende de personajes puede hacer. Allen respeta a los personajes, y respeta la vida.
Estas son las razones por las que "Que la cosa funcione" funciona, a diferencia de lo que explica Boris. También es, y esto no es menor, la mejor película de Woody Allen de esta década desde "Match Point" (aquí mi crítica); un punto alto cómico que juega como perfecto opuesto de aquel eje dramático de la película filmada en Londres. Y agrego que vive con la contradicción de ser perfectamente simple, sólo porque no llega a ser simplemente perfecta. La explicación final de la contradicción: el film es perfectamente simple porque es perfecto en su total complejidad y aún así aparece ante el espectador como la película más sencillamente filmada en mucho tiempo; pero no es simplemente perfecto porque no le toca…porque Woody Allen siempre puede hacer algo mejor, y su próxima obra maestra está a la vuelta de la esquina.
---8/10
SALUDOS SOSPECHOSOS!