¿Por qué un "A pares" de estas dos películas? Pues... en primer lugar porque ambas están o han coincidido en cartelera durante algunas semanas; en segundo lugar porque en ambas llueve mucho (ja, ja...); y en tercer lugar, ¡y sobre todo!, por el morbo que me suponía ver la 'prohibida' por Amazon de mi admirado Woody Allen y el no menor morbo de ver una peli coreana premiada en el Festival de Cannes..
Si se precisaba que por fin se alejase el calor y la sequía -la pertinaz sequía, se decía antes- para recomponer las reservas hidráulicas a lo que se entiende por normal, no era menor la necesidad de que el frío nos echase de las calles y de las terrazas que todo lo inundan para cobijarnos en el calor y la oscuridad de las salas de cine. Huyendo, pues, de la lluvia en pocos días de hace dos o tres semanas he visto dos películas que me han gustado. Una, la de Woody Allen, no me ha sorprendido lo más mínimo, pero no me ha disgustado un ápice; la otra, la de Bong Joon-ho, me ha dejado boquiabierto por la frescura y el vigor que transmite.
"Día de lluvia en Nueva York"Woody Allen rinde siempre homenaje a la ciudad en la que sitúa la historia, pero sin duda alguna de todas ellas es evidente que Nueva York es su ciudad por antonomasia. Es cierto que hay muchas otras (Barcelona, París, Oviedo, San Sebastián en la próxima, etc.) pero Nueva York desde la que se entiende como su obra maestra, "Manhattan", es la que se lleva la palma.
En "Día de lluvia en Nueva York" Allen enfoca la ciudad desde el lado más intimo, que es el de las personas que la habitan y la viven. Dos jóvenes amantes, el inteligente Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y la hermosísima Ashleigh Enright (Elle Fanning) planean pasar un fin de semana en Nueva York. Ella, Ashleigh, está nerviosa y muy ilusionada sobre todo porque va a poder entrevistar para la revista de su Centro de Estudios al famoso director de cine, Roland Pollard (Liev Schreiber); por su parte, él, Gatsby, lo tiene todo planificado al dedillo para una bella estancia romántica: alojamiento en un lujoso hotel, comida en un restaurante que recuerda con agrado de cuando vivía con su familia allí, cena a la luz de las velas... Pero todo se irá desmoronando porque la inmadura Ashleigh queda cegada por las engañosas luces del mundo del Cine -el director Pollard, el guionista Ted Davidoff (Jude Law) y sobre todo el actor Francisco Vega (Diego Luna)- que bajo el señuelo del reconocimiento a su valía como periodista redactora le lanzan continuas llamaradas interesadas sólo por su cuerpo.
Mientras esto sucede el romántico Gatsby deambula por su antiguo barrio neoyorquino donde topa con viejos compañeros de Instituto y en especial con Shannon (Selena Gomez), hermana de una novieta que tuvo; Shannon ha crecido y ya no es la niña que él ni siquiera veía cuando salía con la hermana. Además de este encuentro, Gatsby va a encontrarse en Nueva York con familiares suyos que acuden a la fiesta que da su madre (Cherry Jones) de la que él está distanciado por no haber seguido sus consejos maternos.
Todos los personajes viven un momento de crisis identitaria, todos llevan puesta una máscara metafórica que para bien proseguir su andadura vital deberían de lograr quitarse. Y de esto va la película de cómo van cayendo estas máscaras, de cómo los personajes se van encontrando a sí mismos, de cómo van a ir descubriendo quienes verdaderamente son: Asleight, una inmadura joven adolescente a la que deslumbran las luces fatuas de Hollywood; Gatsby, un romántico de libro, ciego ante el verdadero amor; Vega, un actor fallido y encasillado en papeles seriados; Pollard, un director que ya no es el artista que antaño llegó a ser; el guionista Davidoff, un creador sin reconocimiento por estar siempre a la sombra del director; etc,
Por otra parte en el film se enfrentan dos mundos, dos generaciones, dos Nueva York. Mientras Gatsby, un empedernido romántico -sin duda alguna el otro yo de Woody Allen-, ama el viejo New York del Village y los antiguos hoteles, Ashleigh se obnubila ante el New Yok contemporáneo del hotel supermoderno donde entrevista al director Pollard o del loft donde se aloja el actor Vega. Es una ciudad que se resiste a dejar de serlo -la de la música de jazz, la del piano que toca Gatsby mientras aguarda la llegada de Ashleigh, la de los restaurantes vintages, la de la lluvia que le da un halo romántico- frente a esa otra que surge con fuerza arrolladora -la de la música de la fiesta donde Ashleigh ve al actor Vega por vez primera, la del mundo apresurado e irreflexivo en el que se adentra la inmadura periodista en ciernes, la de la lluvia siempre inoportuna que cae sobre la ciudad y que la convierte en gris y sucia-.
Y luego está el típico estilo Woody Allen que hace que reconozcamos que esta comedia romántica, esta película que no es de las mejores pero que mantiene con vigor el nivel, es suya: el color, los vestuarios, la iluminación, los diálogos siempre interesantes, los golpes de humor, la música de jazz que tan bien informa cualquiera de los 50 filmes que forman su Obra cinematográfica: También propio del mundo Allen es la adecuada elección de actores y la manera de actuar a sus órdenes: una bellísima Elle Fanning, un contenido y muy en su papel Timothée Chalamet, un atormentado y periclitado en su papel Liev Schreiber, un magnífico Jude Law, etc., etc. Por poner un pero diría que Selena Gómez es quizás quien menos me ha convencido; ella procede del mundo de la canción aunque esta película no sea la primera que protagoniza, pero no sé es la que en mi opinión queda por debajo de los demás actores; sin duda alguna Elle Fanning se la come con patatas.
Bueno, está claro, es una película que recomiendo vivamente. Os aconsejaría verla primero en el Cine y luego cuando la pasen también por televisión para apreciar mejor sus inteligentes diálogos. Creo que sí que se pasará por TV, al menos en la plataforma Amazon por ser ésta la que la ha producido y quien generó ese absurdo intento de anular su exhibición ante las pertinaces denuncias del movimiento Me-Too contra Woody Allen. Ante la decisión de la productora, el actor y director demandó a la empresa a la que exigió compensaciones por valor de 68 millones de dólares. Finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo privado por el que además de una compensación en metálico no revelada la empresa dio permiso para emitir la cinta. ¡Alabado sea Dios! ¡Madre mía!
"Parásitos"Acudí a ver esta película del coreano Bong Joon-ho, a quien no conocía de nada, simplemente por haber sido galardonada, por unanimidad del jurado, con la Palma de Oro en el último Festival de Cannes. Cannes y sus galardones siempre son para mí fiables. Sólo por esto decidí entrar en el cine; por esto y por escapar de la lluvia que afuera caía inmisericorde.
Sinopsis (proporcionada por la productora)
Toda la familia de Ki-taek está en el paro y se interesa mucho por el tren de vida de la riquísima familia Park. Un día, su hijo logra que le recomienden para dar clases particulares de inglés en casa de los Park. Es el comienzo de un engranaje incontrolable, del cual nadie saldrá realmente indemne.
Comentario
La familia Ki-taek subsiste como puede en un semisótano que cuando llueve de la manera que lo hace en el film se inunda irremisiblemente. Pese a su vida miserable, o quizás precisamente por ello, son agudos de ingenio y van saliendo adelante. Cuando Ki-woo (Choi Woo-shik) que da clases particulares a la hija de la familia Park, Park Da-hye (Ji-so Jung), escucha a Yeon-kyo (Cho Yeo-jeong), histérica sra. Park, que desearía una persona para atender a su hijo Da-song (Jung Hyeon-jun) piensa en su hermana Ki-jung (Park So-dam) y sin aclarar el parentesco entre ambos se la recomienda a la señora de la casa. Lo mismo ocurrirá cuando el sr Park (Lee Sun-kyun) pierda a su chófer de años y cuando la casa de la familia se quede sin Moon-gwang (Lee Jung-eun), su ama de llaves de siempre; rápidamente los dos hijos de la familia Ki-taek recomiendan sustitutos para dichos puestos que serán, sin ellos desvelar el parentesco, el señor Ki-taek (Song Kang-ho) y la esposa de éste, Chung-sook (Jang Hye-jin).
De la anterior exposición se puede colegir fácilmente el porqué del título o, al menos, uno delos motivos. Digo uno porque hay otro menos anecdótico y más profundo. Viendo la ciudad donde transcurre la acción se observa la enorme diferencia de clase social que existe entre estas dos familias. Una distancia de clase imposible de reducir y que a lo más que puede llegar es a ese sucedáneo de igualitarismo consistente en que los humildes a través de su trabajo en las casas de los ricos se aprovechen de las migajas que éstos van dejando caer. Estos pobres servidores intentarán metamorfosearse, transformarse en algo que no son. El igualitarismo tan pregonado por otros coreanos -los del Norte-, viene a decirnos Bong Joon-Ho, es intento inútil condenado absolutamente al fracaso.
Lo mejor de esta cinta es la combinación de comedia (hay momentos de una gran hilaridad) con crítica social (el cambio urbano que se percibe en la ciudad del barrio pobre de los Ki-taek a la zona high standing donde viven los Park es espectacular; y otro tanto puede decirse de la madriguera donde se hacinan los Ki-taek y la mansión que habita la familia de clase alta), thriller y drama familiar. Todo ello muy bien dosificado y con unos giros que sorprenden y que reavivan la acción cuando esta parece languidecer en un metraje de 132 minutos.
Me ha gustado mucho la película y creo que es una de las mejores del año 2019. Críticos afamados y poco complacientes no dudan en calificarla de obra maestra. Desde luego, si os gusta el Cine pienso que no debéis dejar de verla.