Tercera entrega del gusano. Si suena casi insulto, pero es que el protagonista de Wormwood es eso, un gusano. Aunque después de ver algo de su origen, entiendes que ser un descomponedor de dioses, debe ser desagradable, pero mucho menos que si le hubiera tocado serlo de un cadaver cualquiera.
Ben Templesmith, nos lleva hasta una invasión en toda regla, con rupturas de contínuo espacio-temporal y dimensional, con un enemigo bastante desagradable: Los Calamares.
Después de terminar el tomo, pues que se acabaron las raciones en el bar del barrio.
Si algo hay que reconocerle a Ben Templesmith, es que ha sabido entender al personaje protagonista. Cínico y pasado de todo, tiene ese estilo “tipo duro” del cine negro. Le hace acompañar de un robot con ganas de tener “eso” entre las piernas y una chica. Pero nada de romances, que no estaríamos ante un caso evidente de necrofilia, por mucho que nuestro gusano se empeñara que aquello no sería raro.
Aunque el estilo es el mismo, en este caso prima la acción y la sensación de “¡matar, matar, matar!” que parece reinar en la historia. La invasión calamar es una excusa para mostrarnos:
a) Como Templesmith muestra una invasión al estilo “Murieron con las botas puestas”.
b) Nuestro gusano demuestra que es mas inteligente de lo que parece. Detrás de ese estilo chulesco, se encuentra todo un táctico y estratega.
Los que leyeron el tomo anterior, vieron como se las gastaban los dichosos calamares, quienes poseen a sus víctimas de forma muy desagradable y ahora, amenazan la tierra.
Es verdad que da la sensación de estar leyendo “mas de lo mismo”. Le cuesta arrancarse a Templesmith a que veamos mas de los personajes. Pero es su cómic y quiere llevarlo así, un poco caótico, lleno de mala leche y en el que no tenemos que preocuparnos de nada. Él nos lleva hasta donde quiere. El que se aburra, que se baje del tren.
Se completa el tomo con una serie de historias anteriores a los tomos, que demuestran la evolución del personaje.
VALORACIÓN: 5,5
Un poco repetitivo.
CJ General, Reseñas alzamiento calamar, Ben Templesmith, cyborg, wormwood
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