Tras la publicación del tema compuesto e interpretado por Sam Smith para la última película de James Bond, el resultado es decepcionante. El cantante británico dulcifica al personaje en una balada impropia de la franquicia. Cuando se anunció que Sam Smith sería el intérprete del tema principal de la película Spectre, última incursión de Daniel Craig en el personaje del agente 007, la expectación fue notable. El cantante londinense demostró con su album In the Lonely Hour (2014) que es una de las voces mejor moduladas del panorama musical, y ha ocupado merecidamente un lugar destacado en la escena inglesa. La franquicia de James Bond casi siempre ha acertado con la elección de las voces protagonistas de sus temas principales, con algunos casos excepcionales como el de Shirley Bassey, que sentó las bases del sonido Bond, Nancy Sinatra o Tina Turner, entre las féminas, y Tom Jones o Paul McCartney entre los cantantes masculinos. Aunque bien es cierto que en los últimos años, especialmente en las películas protagonizadas por Daniel Craig, la "modernización" sonora de la franquicia ha dejado canciones poco sugerentes como las de Chris Cornell (You know my name para Casino Royale) o Alicia Keys (Another way to die para Quantum of solace). Y entonces llegó Adele (Skyfall para Skyfall) y nos devolvió la esencia del sonido Bond, con una espectacular base orquestal y una fuerza que no escuchábamos en la serie de 007 desde la década anterior. Para Sam Smith la idea de reflejar el sonido característico de la franquicia ha sido uno de sus principales retos. Y ciertamente mantiene una línea de continuidad con la estela dejada por Adele. El problema es que lo que no parece haber captado bien el artista británico es la esencia del personaje. Bien es sabido que la serie de películas protagonizadas por Daniel Craig nos ha traído un personaje más humanizado, menos acartonado que el que encarnó Pierce Brosnan anteriormente. Pero una cosa es humanizar y otra muy distinta es ablandarlo. James Bond ha sido siempre, con sus altibajos, un reflejo de la masculinidad, adaptada en los últimos años a pequeñas dosis de vulnerabilidad. El problema principal de Writing's on the wall, escrita por Sam Smith y James Napier (tándem responsable del éxito Stay with me) es que ha convertido la humanidad del personaje en debilidad, que pervierte la imagen contundente de James Bond y lo dramatiza para atenuar su perfil de héroe. Canta Sam Smith:How do I live? How do I breath?When you're not here I'm suffocatingI want to feel love, run through my blood
¿Cómo vivir? ¿Cómo respirar?Cuando no estás aquí me ahogoQuiero sentir el amor corriendo por mis venasWTF! ¿En serio? Entre las canciones de la franquicia podemos dividir dos grandes grupos: las que están dedicadas al protagonista y las que tienen como objeto a sus antagonistas. En las primeras está bien definido el perfil del personaje: masculino, valiente, elegante... Como cantaba Tom Jones en Thunderball para Operación Trueno:Any woman he wants he'll getHe will break any heart without regret
Él tendrá a cualquier mujer que quieraRomperá corazones sin remordimiento
Incluso, a pesar de este proceso de humanización construido en las últimas películas de James Bond, Adele lo dejaba muy claro en Skyfall:You may have my number, you can take my nameBut you'll never have my heart
Tendrás mi número de teléfono, sabrás mi nombrePero nunca conseguirás mi corazónTras varios meses de rumores sin confirmar, Sam Smith ha convertido el tema principal de la última película de James Bond en una balada más o menos correcta (tampoco nos atrevemos a calificarla como una "balada típica del programa Factor X" como hace Alexis Petridis en The Guardian) que traiciona la esencia del personaje y desvirtúa en buena medida el perfil de ese agente 007 que, con sus virtudes y sus defectos, se mantiene bien actualizado. Especialmente tras el éxito de crítica y ventas de su predecesora, Adele.