En aquel lejano 2004, el director Bryan Singer dejó a un lado la franquicia que le dio la fama para encargarse de un superhéroe de calzones rojos, y todos sabemos que mediocridad resultó ser. Por el otro bando, FOX decidió otorgarle el mando de X-Men 3 a Brett Ratner y fuimos testigos de la destrucción de los personajes de Jean Gray, el Profesor X , y de plano con el futuro de esta serie. El daño causado llevó a crear X-Men First Class y la serie de películas de Wolverine, ambas consideradas regulares dentro del género cómic.
No es necesario tener poderes mutantes para saber que pensaban FOX y Singer cuando cada quien se miró de frente a la mesa de negociación, analizando sus errores y no hubo de otra más de utilizar todo lo bueno que quedaba de los escombros. Y eso precisamente fue lo que hicieron.
No saben que desilusionado estaba con los tráilers y en especial una secuencia de acción donde los centinelas persiguen a los mutantes del futuro: la acción se me me hizo sin chiste, regular y hasta torpe. Mis expectativas eran mínimas y se reducían más cuando al mando se encuentra un Bryan Singer herido por una serie de batallas. ¡Que equivocado estaba! No solo la acción de los tráilers está severamente editada y que cuando vez el producto final descubres que no habías visto nada de importancia, si no que hasta Singer parece que escuchó todos los reclamos para perfeccionar su fórmula en algo digno de competir con el resto de los productos Marvel.
Empezamos nuestra aventura con los sobrevivientes de una guerra cruel contra los mutantes. Sin esperanza alguna para modificar su presente, recurren a las habilidades especiales de Kitty Pryde (Ellen Page) para mandar la conciencia de Logan (Hugh Jackman) al pasado. El objetivo es evitar la creación de los robots centinelas que se han vuelto auténticos contrincantes contra los mutantes.
Este hipotético futuro carecerá del estilo a la James Cameron, pero eso no le impide ser cruel, desolador, trágico y doloroso. Por primera vez somos testigos de las consecuencias si la causa mutante se reduce a la venganza. Atrás quedaron todas esas conversaciones entre Charles y Erik en donde debatían la mejor forma de resolver sus diferencias y ahora sin el poder de cambiar su presente, solo les queda mirar la muerte de todos los que les rodean. Después de tantas películas, ninguna se había sentido tan importante para el destino de los personajes, como esta.
Ya en el pasado, para ser exactos en 1973, es que vemos las consecuencias de lo ocurrido en X-Men First Class, en especial para Charles (James McAvoy). Les debo de advertir que deben de llevar pañuelos para todo el drama que expresa el ex-Profesor; el ex porque el país está en guerra, todos sus alumnos reclutados, abandonado, inválido y lleno de dolor. El ver a esta patética versión de Charles me debió de haber fastidiado, pero no lo hizo porque el actor James McAvoy y sus expresivos ojos se dedican a vendernos el drama muy ausente hasta ahora en la saga. A lo más que hemos llegado es a romances rotos, muertes de personajes inútiles o maltratados que en vez de expresar tristeza, ocasionaban alegría.
Magneto (Michael Fassbender) esta en otro nivel como villano. Si Ian McKellen le brinda autoridad, Fassbender emana miedo como aquel líder capaz de hacer la guerra. El equilibrio que se mantiene entre el hombre capaz de detenerse a debatir y el joven dispuesto a actuar es tan pequeño, que en cualquier momento sale volando para recuperar su tan querido casco. Ya hablando en serio. Ambos jóvenes actores le brindan una frescura a la saga, que perdono todo el drama con Raven (Jennifer Lawrence).
Dirán lo que sea sobre la falsedad de Lawrence como niña boba, pero cuando esta en escena te calla la boca y pones atención. Su Mistique es apropiada porque confiere una personalidad sensible y que oculta por su faceta de mercenaria. Al inicio vemos como esta dispuesta a sacrificar su inocencia por la causa la causa mutante , más sin embargo se le complica la existencia cuando regresan a su vida los conflictivos Charles y Erik, cada uno con su diferente visión del mundo. Por más trivial que parezca este drama, resulta tan conmovedor y es lo que le da fuerza a toda la película.
Contrario a lo que estamos acostumbrados, la causa de destrucción no resulta ser una máquina, si no un ser humano de quien los protagonistas principales aman a su manera. El triunvirato de Charles , Erik y Raven trasciende cuando vemos a los veteranos actores en el futuro recordar tan conflictivos tiempos. Créanme que jamás me imagine que una historia de los X-Men pudiera tener tal profundidad, más sin embargo por primera vez casi te hacen llorar estos mutantes.
El director Bryan Singer a ratos canaliza su mejor película de X-Men 2 y en vez de conformarse con los mismos trucos, este los mejora, refina y a ratos sorprende. Claro ejemplo son las escenas que involucran a Quicksilver (Evan Peters) en el Pentágono, las habilidades de Blink (Fan Bingbing) o el uso de un estadio de béisbol. Esta vez no se trata de utilizar poderes mutantes para ver cuantos coleccionas, si no de utilizarlos a gran escala en escenas que favorecen el espectáculo.
No conforme, Singer es inteligente en utilizar el talento del elenco discriminadamente de acuerdo sus habilidades y en beneficio de la trama. No más escenas ridículas de Tormenta (Halle Berry) porque se le sube la fama, romances adolescentes con cubos de hielo, o conversaciones obsoletas con mutantes de segunda. El único que lamentablemente sale sobrando es Bolivar Trask (Peter Dinklage) con una tremenda falta de personalidad. Cuando el resto del elenco brota emoción, llegamos con Trask en su papel de vendedor de proyectos y tirando a la mesa de otro político el folder con sus proyectos. Sin más motivación que la de propaganda por salvar una especie, nos tenemos que conformar que Magneto es suficiente figura como para cubrir tal deficiencia.
Hasta ahora como verán he sido muy benévolo y pensarán que no hay nada de malo en esta película, pero me temo que eso no es así. Muchos nos preguntamos cómo le hizo el Profesor X para resucitar desde los muertos, y durante la mayor parte de la cinta me invadía la duda. Aunque no se llega aclarar del todo, estos viajes en el tiempo te generan una confusión que requieres una gráfica y harta paciencia. Lo que hacen sobre tal individuo y otros que llegamos a ver al final, no se si catalogarlo como algo genial o llamarlo como la condición de Bryan Singer para tomar este proyecto. ¡Esto es un gigantesco RESET!
Por más desprecio que tenga a cierta película, y el que se le brinde relevancia en el universo cuando Charles lee la memoria de Logan, lo que pretenden es olvidar toda versión donde no estuviera Bryan Singer involucrado. Prácticamente desean continuar con su visión, personajes y motivaciones en una nueva saga que involucre Apocalipsis, tal y como estaba planeado desde un principio. Esto es un gran perdónenme por haberlos abandonado y ahora continuamos como si nada hubiera pasado.
Tengo miedo por la secuela a venir, porque aún con todo y los defectos de las películas pasadas, esta vez supieron elegir lo mejor que de cada una de ellas para meterlos en una licuadora y brindarnos la mejor película de los X-Men. No se si quiera regresar a ver ciertos personajes extintos, triángulos amorosos, más Tormenta y sus conversaciones que no llevan a nada, la escuela de mutantes y todo lo desagradable que ya había quedado en el PASADO. Pero ya me equivoque una vez en menospreciar este grupo de mutantes y estoy dispuesto a conocer que les depara en el futuro.