Formado en la Universidad nacional de Rosario en Argentina y en la Universidad de Columbia (Nueva York), donde se graduó con honores, el argentino Hernán Díaz Alonso es la cabeza visible del estudio de arquitectura, diseño y animación digital Xefirotarch.
Tras trabajar para los arquitectos Enric Miralles en Barcelona y Peter Eisenman, Díaz Alonso abrió su propio despacho en Los Ángeles hace una década. Desde entonces su trabajo ha recibido multitud de premios y se ha publicado en las revistas de arquitectura más importantes del mundo. Actualmente colabora como docente en el SCI-Arc (Instituto de Arquitectura California) y en Columbia.
Radicalmente opuesta a la arquitectura tradicional, su obra se caracteriza por representar la mutación mediante el uso de los medios tecnológicos más avanzados. En sus creaciones no hay lugar para lápices, bocetos o dibujos tradicionales. “Nuestro estudio es un paperless, está totalmente computarizado”, asegura el propio Díaz Alonso.
Se trata de una producción situada en la frontera entre ficción y realidad en mundo propio ante el cual nadie queda indiferente. Desarrollos llenos de formas orgánicas, exuberantes y escurridizas que recuerdan a un entorno extraterrestre.
La fascinación del artista argentino por la imagen, la distorsión y la tecnología se manifiestan en cada uno de sus proyectos que, según explica el autor, son creados con total libertad puesto que no son concebidos con un fin comercial o utilitario. De hecho,
Xetiroarch cada vez realiza menos proyectos netamente arquitectónicos y más producciones relacionadas con el diseño industrial, la interacción con museos y otros trabajos ligados al sector de la imagen.
Su obra ha sido expuesta en las bienales de Venecia, Pekín y Londres y se ofrece en las colecciones permanentes del FRAC (Fondo de Arte Contemporáneo de Francia), en el Museo de Arte Moderno de San Francisco y en MoMa de Nueva York.
Entre sus proyectos se encuentra “Tabakalera New Media Art” desarrollado para un concurso convocado en San Sebastián en 2008.
Un trabajo que, de acuerdo a las explicaciones de los autores, se basa en una nueva topología de edificio como una nueva “especie” con una dinámica orgánica que le permite desarrollarse y generar la ciudad del futuro.
Otro de sus proyectos es “Fideos Finos” (2007) una red peatonal incrustada en la ciudad de San Juan, Puerto Rico. Se trata de una serie de puentes de arquitectura genética en donde la urbe logra unir puntos para que los peatones vayan de un lado al otro con una estética totalmente inusual.
Una arquitectura que va más allá de los límites disponibles y conocidos; que abre los ojos a un nuevo mundo no convencional independientemente de su extravagante estética.