Xenófobo busca votos…

…O DE CUANDO LA GAVIOTA SE CONVIRTIÓ EN BUITRE.

Este titular propio de un anuncio por palabras puede describir perfectamente la postura del Partido Popular en materia de inmigración.

Últimamente, hemos vivido un nuevo episodio que pone de manifiesto, una vez más, el peligroso coqueteo de este partido con los postulados del extrema derecha. Esta vez la polémica surge como consecuencia de un infame videojuego, dónde Alicia Sánchez Camacho, cuan Cid Campeadora, “purga” Catalunya de inmigrantes e independentistas.

Supone una muestra más de la sinvergonzonería del PP, que ventean cualquier signo de descontento, es un “todo por mis votos”. A estos aprendices de LePen, no enrojecen paseándose por los barrios marginales de toda Catalunya, rastreando réditos electorales entre el descontento, lanzando la piedra en contra de los inmigrantes, tachándolos de delincuentes y escondiendo la mano dónde guardan la contención en el gasto público y los recortes sociales.

Hablan de situaciones insostenibles, de problemas de convivencia, cuándo realmente deberían de hablar, de marginación y exclusión social. No debemos permitir que se “normalicen” discursos de la ultraderecha, mostrándose como aceptables en el debate social. Lo más preocupante de todo, en mi opinión, es que venga de quien viene, de un grupo con amplia representación parlamentaria.

Estos correligionarios de la corriente neofascista que recorre Europa, proponen que los inmigrantes que no encuentren trabajo se comprometan a abandonar el país. Curiosamente, hace sólo unos años, eran bien recibidos, como mano de obra barata, curiosamente, ahora se alega al envejecimiento de la población como una de las causas de la insostenibilidad del sistema de pensiones cuando, sin ellos, seríamos todavía una sociedad mucho más envejecida, curiosamente, si tu cuenta corriente rebosa petrodólares, te llaman musulmán, no moro y eso con suerte, apostan dos coches de la policía en la entrada de tu mansión y lo que haga falta, pura hipocresía.

Se les olvida, a estos señores, que la ley de extranjería ya especifica que los extranjeros que quieren renovar su permiso de residencia, deben acreditar que han cotizado a la Seguridad Social un mínimo de seis meses por año y que tienen una oferta de empleo firme. Si no, deben abandonar el país. El único requisito que deben cumplir los inmigrantes, es el respeto a las leyes españolas, no más…ni menos.

Realmente, no sé que me da más miedo de los de la gaviota, si cuando oculta sus intenciones, apropiándose del discurso de la izquierda, oponiéndose al gobierno y su política del tijeretazo, ¡cínicos!, o cuando las muestran bien a las claras como en este caso.

Es de una bajeza moral increíble, que los del Partido Impopular, inoculen veneno de esta forma en la convivencia. El modelo de sociedad, no debe basarse, en ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda en lo que a derechos se refiere, tenemos que abandonar el sentido de propiedad de la tierra y por ende, la deducción lógica que deriva de esta idea: los inmigrantes vienen a quitarnos NUESTRO trabajo, a abusar de NUESTROS SERVICIOS, etc.. Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal del partido popular, escupió que los inmigrantes estaban colapsando los servicios de salud, fueron el colectivo de médicos, los que tuvieron que echar un capote y decir que estadísticamente utilizan los servicios sanitarios públicos un 40% menos que los españoles (son mucho más jóvenes). Señor Díaz, lo que colapsa los servicios públicos, no son los inmigrantes, es el “ahorro”, la descapitalización de lo público en favor de lo privado . Si además, tuviesen un trabajo como dios manda, como el suyo y no uno en el cual la prevención de riesgos sea un decir, otro gallo cantaría, aunque igual se autolesionan por diversión, con el objeto de hundirnos el país y que cuando Correa, Camps y la popupandi vayan a meter el cazo ya no quede nada que rascar.

No se pueden asimilar los flujos migratorios a la ley de la oferta y la demanda, esta gente no son clínex que podamos usar y tirar.

Los "baluartes" del PP

Pero si lo que toca a partir de ahora es tirarse al monte, yo propongo: hagamos de España un coto cerrado, cuando haya demanda de trabajadores, traigamos barcos llenos de inmigrantes, que los retornarán de noche a sus casas, no vaya ser que se pongan malos y los tengan que atender en nuestros hospitales, o peor aún, que se quieran quedar tras descubrir los milagros del agua corriente. Todo esto pagado con dinero B, claro, así reduciremos costes y aumentaremos la competitividad de nuestras empresas.  Sé que os estoy describiendo el paraíso, pero siempre va a estar ahí la incómoda cuestión de la, legalidad, la ética y los derechos humanos, realmente son un fastidio.

Lo que plantea ahora la líder visionaria del PPC, es un contrato de adhesión a la causa española, obliga a respetar los “valores y costumbres” españoles, bajo la espada de Damocles de la expulsión. Debo de entender que los valores serán hacerse la siesta, ir a corridas de toros e idolatrar a Belén Esteban. La verdad es que soy gallego y añadiría comer un buen cocido de Lalín una vez al mes, pero seguro que esta señora capta mucho mejor que yo, lo que es ser y sentirse español.