Xerta, vivir a orillas de un gran río
Hilando con el post anterior, hoy me gustaría hablarte de un pequeño pueblo del sur de Tarragona llamado Xerta. Se encuentra justo en el centro de un meandro de la parte baja del río Ebro, el más caudaloso de nuestro país, y ha sufrido en toda su historia varias inundaciones. Es el mejor ejemplo de cómo ha cambiado la relación de un pueblo con un río tras la construcción de embalses.
En la fachada de la iglesia se encuentra un limógrafo de azulejos que muestra el nivel que alcanzó el río en ocasiones donde todo el pueblo quedó bajo las aguas. El nivel más alto registrado, 10 metros, corresponde al 9 de octubre de 1787. El más bajo, la avenida más reciente, la del 4 de enero del 1961, donde las aguas alcanzaron los 6 metros. Los ancianos que calientan los bancos de la plaza mayor aun cuentan cómo sus familias fueron rescatadas desde los balcones de sus casas.
En las calles del pueblo hay otros azulejos que recuerdan donde llegaron las aguas del Ebro. Te puedes hacer una buena idea de cómo tuvieron que sufrir sus habitantes y, desgraciadamente, la cantidad de muertes en el ganado.
Las inundaciones desaparecieron tras la construcción de grandes embalses en la parte superior del curso del río. Los más cercanos se construyeron en Riba-Roja en 1969 y en Mequinenza en 1964. A partir de entonces, el río únicamente ha sido capaz de inundar algún huerto y pisar algo de cemento de sus calles.
Una de las consecuencias negativas de la construcción de los embalses es la desaparición progresiva del Delta del Ebro. Los sedimentos se quedan atrapados en las paredes de hormigón y no llegan al mar.
Visita totalmente recomendada la de este pueblo. No puedes irte de él sin un buen saco de naranjas o mandarinas en invierno y sin probar delicias como estas: