Norelys Morales Aguilera.-- Si el presidente de la República Popular China hubiese estado en Cuba en una visita de cortesía, tendría un gran valor simbólico después del exitoso encuentro de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en Brasilia; pero fue mucho más allá, por los acuerdos con la parte cubana y por el contexto de la gira latinoamericana del mandatario Xi Jinping.
En un mensaje al concluir su estancia de dos días en Cuba, fechado el 23 de julio de este 2014, Xi dijo al presidente Raúl Castro que de común acuerdo habían resuelto “aunar esfuerzos para abrir una nueva etapa de la cooperación amistosa de beneficio mutuo entre China y Cuba, con vistas a procurar un mayor desarrollo de los vínculos binacionales a partir del nuevo punto de partida histórico.”
La estancia en Cuba permitió al dignatario chino un contacto personal que no ha tenido ningún otro dirigente de aquel país con Cuba, al tiempo que ha sido una puerta al entendimiento sobre la región latinoamericana, que hoy se presenta con instrumentos de dimensiones liberadoras como la CELAC, MERCOSUR, ALBA o PETROCARIBE, además de la creación del Banco del Sur.
De modo que el encuentro con el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, después de su artículo esclarecedor y el análisis sobre el significado de los llamados BRICS para América Latina, que hoy inserta a Cuba de hecho y de derecho, sustenta la cordialidad de las relaciones precisamente desplegadas por Fidel y el insustituible intercambio personal para comprender mejor en conceptos y experiencias ese mundo multipolar, que es una nueva esperanza y el mejor futuro.
Para los medios corporativos transnacionales simplificar los asuntos y dejar fuera las esencias es una práctica habitual. Tal como sucedió con la visita de Vladimir Putin a La Habana, los sesudos opinadores expertos en desinformación, se preguntan qué busca China en Cuba mientras son incapaces de comprender o explicar que el llamado Gigante Asiático establezca relaciones de igual a igual, contando con las asimetrías económicas e intereses propios.
Para Cuba, que enfrenta el despiadado bloqueo de Estados Unidos que le hace más difícil la construcción económica y su futuro, el apoyo de China en los entes internacionales y el claro rechazo a tal política rebasa cualquier ejercicio diplomático. China apoya con firmeza el apego de Cuba a la vía socialista, su lucha por salvaguardar la soberanía nacional y su ajuste a las políticas económicas y sociales, dijo Xi en una de sus intervenciones.
Si repasamos los acuerdos firmados entre Beijing y La Habana el espectro da el significado y la trascendencia, siendo China el segundo socio comercial de Cuba.
ACUERDOS
Según la prensa cubana, se firmaron entre ambas naciones 29 acuerdos de cooperación, que tuvieron como eje central el fortalecimiento de las relaciones económicas, culturales y educativas.
Entre los principales convenios firmados, se encuentra el acuerdo marco para la cooperación en el ciberespacio, así como el otorgamiento de una línea de crédito a la parte cubana para la ejecución de la construcción de la terminal multipropósito en el puerto de Santiago de Cuba y el otorgamiento de un donativo y una línea de crédito libre de interés.
También se producirá canjes de notas sobre la implementación de la televisión digital y el suministro de tecnología para la medición de agua, equipos de oficina y para las redes del transporte.
Otros proyectos bilaterales pactados abarcan el intercambio en el campo de la biotecnología, el desarrollo de las energías renovables y el monitoreo ambiental. Además, se informó el establecimiento de una granja demostrativa agropecuaria Cuba-China.
En materia económica también se rubricaron protocolos para el control de la calidad del tabaco y del azúcar que Cuba exporta al gigante asiático; y acuerdos para el incremento de la participación en la producción de petróleo crudo en el Campo Seboruco y de proyectos de equipos de perforación ZJ90D.
Fue informado un memorándum de entendimiento para la creación de la corporación Bello Monte S.A. Mientras, en materia cultural, se trazó un plan ejecutivo 2014-2017, así como el fomento del intercambio educativo entre ambas naciones.
CHINA NO ES EL NUEVO IMPERIO
Las cifras oficiales acerca de las relaciones bilaterales en materia económica durante 2013 alcanzan los mil 410 millones de dólares y se estima que en este año, con la puesta en marcha de nuevos proyectos, podrían incrementarse en un 25 por ciento.
En el contexto de la actualización del modelo económico cubano, la reflexión del presidente chino es llamativa. “Cuba ya se encuentra impulsando de forma integral la actualización del modelo económico, lo cual constituye nuevas e importantes oportunidades de desarrollo para los lazos chino-cubanos”.
En Argentina, Brasil y Venezuela la delegación de alto nivel china puso en evidencia un nuevo contexto y madurez para la región.
China es una potencia emergente, sin dudas, pero no se trata de lo que Estados Unidos y el capital financiero transnacional han practicado y deparado para la región. De modo que el intercambio comercial ilustra y corresponde a los latinoamericanos trazar su propio camino. El Gigante Asiático con sus intereses y potencialidades ofrece otra vía promisoria.
Los acuerdos con Cuba después de la visita de Xi Jinping ponen las relaciones de ambos en una perspectiva superior, que en lenguaje diplomático se califica de mutuamente ventajosa, pero no hay dudas que frente al bloqueo y la hostilidad de Estados Unidos, la crisis internacional y la demostrada voluntad de cooperación de China, el saldo para Cuba es a favor./Cubahora.cu