XIII Mystery 1: La Mangosta, de Xavier Dorison y Ralph Meyer.

Que nadie se piense que los del mainstream norteamericano son los únicos que estiran las series hasta el extremo y son capaces de cualquier cosa para mantener la fidelidad de los aficionados… Los japoneses son quizás incluso peores y los europeos tampoco se quedan atrás aun cuando quizás demuestren una mayor consideración a los autores y lectores ofreciendo contenidos de mayor calidad. Un buen ejemplo de esto último es la nueva serie que ha empezado a publicar Norma Editorial ambientada en el universo conspiranoico de la entretenida “XIII” tras anunciar Van Hamme que se retiraba y Vance se tomaba un descanso que todavía le dura (y es que encontrar un guionista a la altura de Van Hamme son palabras mayores…). “XIII Mystery” permite, por un lado, mantener atrapados a los seguidores de la serie original y, además, buscar nuevos adeptos con álbumes autonconclusivos protagonizados por personajes secundarios y marginales que aparecieron en aquella, con el atractivo añadido de contar con un equipo creativo diferente en cada álbum.

“La Mangosta” es el primer álbum de la serie y cuenta con el siempre eficaz Dorison a los guiones y con el autor de “Ian”, el talentoso Ralph Meyer a los lápices -alguien podría publicar en un bonito integral su “Berceusse Assassin”, ya puestos- y en él se nos narran los orígenes del implacable y misterioso asesino que se las hizo pasar canutas al misterio XIII durante buena parte de la serie principal.

Dorison demuestra perfectamente su conocimiento de la serie principal y cumple sobradamente con lo que se le pide en una historia que sin situarse dentro de la trama principal de “XIII” aporta nuevos datos sobre la personalidad del carismático personaje y enriquece su personalidad. Sin que el álbum suponga una visión renovadora del género ni resulte especialmente original está narrado con oficio y pulcritud cumpliendo sobradamente su función de hacer pasar el rato al tiempo que no desvirtúa la serie madre. En el aspecto gráfico, Meyer se muestra como un hábil narrador y un eficaz dibujante 

de estilo realista que en esta ocasión se mantiene dentro de los esquemas marcados por Vance manteniendo una línea si acaso cabe dado su talento excesivamente respetuosa para mi gusto.

El único aspecto negativo que se puede poner al álbum se encuentra en la edición por parte de Norma que sorprendentemente en la imprenta china debían andar escasos de papel satinado y reprodujeron la última hoja del álbum en la guarda final con la consiguiente disminución de calidad en la reproducción de la obra. Una cutrez que, por desgracia, emborrona la trayectoria de una editorial que generalmente cuidaba estos detalles y últimamente parece descuidarlos. Puede que seamos cuatro gatos los que compramos todavía álbumes europeos pero que al menos se dignen a editarlos en condiciones…Esperemos que para próximos entregas de la serie de la que en Francia ya han aparecido dos álbumes más se enmienden estos errores.

Pablo de Blas Andrada.